Contraer alguna enfermedad o sufrir un accidente en Venezuela, prácticamente, es una sentencia de muerte, debido a que los hospitales del país no cuentan con los insumos o equipos para la atención adecuada.
En el Hospital José María Vargas, en el centro de Caracas, la situación no es ajena a la emergencia humanitaria compleja que padece el país desde hace varios años. En el lugar no hay ni insumos para tratar un resfriado.
Los quirófanos están colapsados, además de que las salas de emergencia casi no cuentan con camillas.
Evelin Maldonado, quien tiene a su madre internada, detalla que en el Vargas «los médicos trabajan con las uñas».
«A mi madre la traje el domingo porque duré recorriendo la ciudad para que me la atendieran. Ella tiene meningitis», señaló.
«Uno siente que el familiar se va a morir dentro de su carro. He pensado hasta vender mis pertenencias para comprar los insumos, porque en el hospital no hay nada», aseguró Evelin.
Detrás de Evelin estaba José Uzcátegui, quien tenía a un compañero de trabajo en la sala de emergencias del Vargas.
«No hay medicina para que lo atiendan. Ahora tenemos que salir a hacerle los exámenes afuera, comprar sus medicamentos afuera. Es algo demasiado fuerte», indicó José, sexagenario.
«La gente acá se está muriendo, no hay medicinas, comida… No hay nada; estamos muriendo de mengua».
El Hospital José María Vargas fue fundado en 1888, y parece haberse quedado en el tiempo. Camillas en mal estado, en algunos lugares la pintura ya fue consumida por los bloques y se pueden observar los bloques de cemento.
A pesar de que Nicolás Maduro asegura que Venezuela es un país «potencia» en materia de salud, la realidad es totalmente distinta. Los centros hospitalarios de la nación fueron consumidos por la emergencia humanitaria que ha enlutado a miles de hogares.
