La PUD y el G3 deben superar su patética debilidad de carácter ante las minorías extremistas. Y consensuar con las otras oposiciones un candidato que pueda ganar.
Para Enrique Ochoa Antich, activista por los derechos humanos, los pueblos sí se equivocan y lo hacen frecuentemente.
Según su criterio, el más reciente yerro del pueblo venezolano fue la elección de Chávez en 1998 y el apoyo mayoritario que se le dio por años al régimen político y económico más destructivo de toda nuestra historia.
Pero la democracia es eso, el derecho del pueblo soberano incluso a cometer errores, argumentó.
Por eso cree que María Corina Machado debe ser rehabilitada y si es decisión del pueblo votar por ella, “pues que así sea”, según dijo:
El caos y la ingobernabilidad que se desatarían sobre el país, con cuatro Poderes y una Fuerza Armada chavistas enfrentados al Ejecutivo. Serían de tales magnitudes que al final podríamos estar incluso peor que hoy, pero que Venezuela decida.
Sin embargo, cree que lo más probable es que Machado no sea rehabilitada. Difícil a su criterio que el presidente en un régimen autoritario de partido-Estado, que por su naturaleza “revolucionaria”, actúa sin escrúpulo democrático alguno, permita que quien le ha prometido cárcel alcance la primera magistratura.
Es por ello que cree que para este año que comienza la primera tarea de la oposición es prepararse para el hecho de que a Machado le sea ratificada su inhabilitación por el TSJ.
Le parece “criminal” que el liderazgo de la PUD y del G3 no lo haga, a causa de “su patética debilidad de carácter ante las minorías extremistas”, según consideró.
“¿Hasta cuándo su pusilanimidad va a costarle más sacrificio al noble pueblo de Venezuela?”, se preguntó, y recordó que “al golpe militar del 11A, al necio paro petrolero, a la estúpida abstención de 2005, a las sangrientas protestas callejeras de 2014 y 2017, a la babiecada del dizque ‘interinato’, a las mal llamadas ‘sanciones’ y al tutelaje gringo sobre la oposición se llegó a causa del apocamiento y de la cortedad de ese liderazgo frente al extremismo”, todo lo cual condujo según su criterio a la derrota, cárcel, tortura, exilio y muerte de tantos, y al atornillamiento del chavismo en el poder.
En contrario, Ochoa les ruega “sacudirse” el chantaje extremista y pasar a consensuar con las otras oposiciones un candidato que pueda ganar.
Por otra parte, dice querer creer que cuando Machado dijo en su declaración de fin de año que “si reprimen o tocan a uno, habrá otro para reforzarlo” está anunciando la búsqueda de un sustituto.
Insistir tercamente en una candidatura sin destino no tiene sentido, asegura Ochoa Antich, y agrega:
El personalismo y el mesianismo de algunos pueden hacernos perder una irrepetible oportunidad de cambio en 2024.
A su criterio, ese cambio político está al alcance de la mano, a condición de que las diferentes oposiciones se dispongan a consensuar un nombre que tenga tres características que enumera así:
- Primera, que unifique al 80% de las dos oposiciones, la que está en la PUD y la que está más allá de ella.
- Segunda, que proponga el cambio profundo pero viable y posible que Venezuela reclama. Un pacto por el bien de todos para un cambio basado en el perdón de unos con otros y la reconciliación de todos los venezolanos.
- Tercera, que sea una individualidad a la que reconocerle la victoria electoral y entregarle el gobierno sea para el PSUV menos costoso que no hacerlo. Alguien que no les facilite una nueva inhabilitación. Alguien a quien no puedan esquivar, que les haga inevitable la entrega del gobierno.
Esto sólo será posible si la Venezuela democrática que es inmensa mayoría internaliza que para salir del desbarrancadero en que nos encontramos requerimos perdón mutuo, reconciliación y un gobierno de unidad nacional en el que nadie sea excluido, sentenció Ochoa Antich.
Para concluir, alertó acerca del peligro de que por causa de quienes siempre buscan el máximo, podamos perder el mínimo posible y el régimen autoritario extienda su hegemonía por muchos, muchos años más.
