“El Señor lo quería en Venezuela”, fue la afirmación de monseñor Paolo Ricciardi, obispo auxiliar de Roma y encargado de la pastoral sanitaria para la diócesis de Roma, en su homilia del 17 de noviembre en ocasión de la entronización de la reliquia del beato José Gregorio Hernández en la capilla del Hospital San Felipe Neri.
En la capilla se congregaron médicos, voluntarios y la comunidad venezolana para la celebración eucarística organizada por el padre Ricardo Pirela, capellán de ese hospital, divulgó Venezuela al día.
José Gregorio Hernández, símbolo de unión
Monseñor Ricciardi recordó que el beato, además de símbolo de unión entre los pueblos, representa “al cristiano que amando a los demás recibe la medida desmesurada del amor de Dios“.
“Aunque su desaparición física fue prematura, no dejó incompleta su obra pues se devuelve continuamente a todos nosotros. En Roma, José Gregorio Hernández nos reafirma que ya nuestro beato es universal“, expresó.
Al final de la misa toda la comunidad escuchó el emotivo mensaje del cardenal Baltazar Porras.
