En el olvido de la revolución se encuentran los niños y adolescentes venezolanos, quienes actualmente sufren los desmanes de la crisis económica y social que atraviesa el país. El futuro de la nación quedó relegado y las alarmantes cifras dan fe de ello.
Cecodap, en alianza con la Red de Escuelas de Fe y Alegría realizaron un estudio donde se refleja la vulneración del derecho a la educación, salud física y salud mental de los niños y adolescentes en Venezuela.
Una de las cifras más preocupantes del informe es que al menos 800 mil niños en Venezuela han perdido contacto con sus padres debido a la migración forzada.
Los embates de la crisis son tan fuertes que ha generado que esta generación de niños y adolescentes hallan perdido entre tres y cinco centímetros en su crecimiento, además de comprometer las futuras generaciones en cuanto a salud y educación.
«Vamos a tener a futuro unos ciudadanos que no son capaces de desarrollar sus máximas potencialidades. Se jactan de hablar del futuro de la patria, pero ese futuro lo están destruyendo literalmente», aseguró el doctor Huniades Urbina, director de la Academia Nacional de Medicina.
El estudio también refleja que 15% de la población menor de cinco años en Venezuela presenta riesgos de desnutrición. «Hay madres que incluso acuestan a sus niños más temprano porque no tienen nada para alimentarlos por las noches» aseguró el doctor Urbina.
En cuanto a la parte psicológica, el psicólogo de Cecodap, Abel Sarabia, indicó que uno de cada cuatro niños niños que son recibidos en la organización presentan algún tipo de alteración en su estado de ánimo, por consecuencias relacionadas a la ansiedad y la depresión.
Asegura que esos cambios de ánimo principalmente se deben a las situaciones que atraviesan los niños debido a la misma crisis que vive el país.
A juicio de Abel, un niño que durante sus primeros cinco años no recibe una nutrición adecuada no puede tener un desarrollo cognitivo pleno, y esto compromete su capacidad de desarrollo.
Todos estos problemas llevan a que los niños a que desarrollen en su vida adulta patrones de relación más frágiles, que presenten mayores problemas para adaptarse a la sociedad.
«No hay un sistema de protección efectivo que pueda garantizar la salud mental de los niños. Los niños y adolescentes no son prioridad para el Estado porque no constituyen votos y por tanto quedaron relegados. Actualmente no hay políticas públicas que atiendan los problemas que sufren los niños actualmente
En cuanto a la educación, se calcula que en 2018, 1.480 docentes renunciaron a sus puestos de trabajo pues su salario equivale a dos o tres dólares mensuales, por lo que 868 cargos quedaron vacantes.
Además,1.411 desertaron de las aulas en las escuelas de Fe y Alegría y una de las principales causas de este problema fue la migración.
El estudio arrojó que 4.444 estudiantes enfrentan el “fenómeno niñez dejada atrás”, pues los padres abandonan el país y los menores quedan a cargo de otros familiares.