Las deficiencias de los estudiantes se pueden detectar a simple vista en el aula. Hoy muchos están presentando fallas en comprensión lectora, además de nulas habilidades numéricas, acentuándose en alumnos que egresan de la primaria a bachillerato y a su vez cuando entran al nivel universitario, cuyas carencias se van arrastrando, lo que hace que sea más complicado avanzar con aprendizajes significativos.
Con la llegada de la pandemia y las clases a distancia el ritmo escolar cambió y eso trajo como consecuencia que los estudiantes que no comprendían el contenido de las materias quedaran a la deriva. No hubo la explicación oportuna. Luego de dos años, esto se sigue viendo producto de la falta de docentes especializados y también el poco interés que hay en los alumnos y padres, quienes señalan que no repetirán el año porque con una prueba a final del lapso pueden pasar sin inconvenientes.
Laura Igarra, presidenta del Colegio de Licenciados en Educación, explicó que desde antes de la pandemia ya se registraba la falta de habilidades y preparación en los muchachos para ser promovidos a un grado superior “y mucho de ello es porque no hay áreas de trabajo como, por ejemplo, especialistas, pero también laboratorios cuando se habla de bachillerato”, agregando que el estudiante no recibe todo el porcentaje de conocimientos que requiere para estar preparado.
Ante esto, Luis Arroyo, presidente del Colegio de Profesores del estado Lara, fue claro al decir que desde que el niño ingresa a la etapa preescolar le falta mayor contenido académico porque se basan sólo en dinámicas y juegos, que si bien es cierto que son importantes no cuentan con un conocimiento previo de por lo menos las letras, las vocales y los números, para que al llegar al primer grado pueda dominar la lectura.
Aplazados
Según el informe de la Escuela de Educación de la UCAB, a 10.000 alumnos se les aplicó la prueba para habilidad verbal que comprendía tres secciones: comprensión lectora, habilidades gramaticales y de ortografía, además de producción escrita y el 60,98% de los alumnos reprobó, es decir, seis de cada 10 no obtuvieron los conocimientos mínimos sobre la materia; en matemáticas el 67,70% de los estudiantes, es decir, casi siete de cada 10 resultó reprobado en la resolución de problemas.