Asociaciones civiles han encontrado excepciones al polémico Título 42 de Estados Unidos, lo que abre una oportunidad para que migrantes mexicanos y centroamericanos en la frontera norte de México crucen al norte y soliciten asilo.
Decenas de familias ingresan a diario desde Tijuana a California para pedir el asilo humanitario.
El recurso de excepción al Título 42 es una regla de la era de Donald Trump (2017-2021) y ampliada por el presidente Joe Biden.
El objetivo de esta excepción se hizo para deportar de inmediato a migrantes con el argumento de la pandemia.
Una opción para alejarse de las amenazas
La mexicana Beatriz Cabrera, su pareja sentimental y los dos hijos de ella, fueron una de las familias seleccionadas después de mes y medio vagando en la ciudad sin saber dónde encontrar ayuda.
«Después de haber estado navegando, viendo a ver quién nos podía recibir, hoy estamos muy contentas porque nos dan ahora esta posibilidad, porque como somos de la comunidad LGBT pasamos por cosas muy complicadas», dijo a EFE.
Beatriz contó que ellas salieron huyendo de su natal Guanajuato, estado del centro de México, por las constantes agresiones y amenazas que padecían por su diversidad sexual, por lo que su integridad y la de los menores de edad estaba en riesgo.
Llegaron a Tijuana para solicitar asilo en EE UU, pero durante un tiempo deambularon por distintas partes hasta que encontraron el albergue Juventud 2000, a un kilómetro del puerto fronterizo de San Ysidro, donde recibieron refugio y pasaron el fin de año.
El título 42 una «oportunidad anhelada» para los migrantes de México
Mayra Lizeth Vanegas es otra de las personas que, junto con los ocho integrantes de su familia, tuvieron también esta oportunidad.
«Agradezco mucho porque vengo con toda mi familia y llevábamos ya cinco años deambulando por otros lugares», narró.
Ella compartió a EFE que la familia completa salió de Honduras porque un grupo armado amenazó de muerte a uno de sus hijos.
Pero después, en la frontera sur de México, también a una de sus sobrinas la secuestraron. Se movieron por distintas ciudades hasta llegar a Tijuana.
En esta ciudad también pernoctaron en la calle hasta que una persona los encontró hace unos días y los llevó al albergue.
El asilo no está garantizado
José María García Lara, director del albergue Juventud 2000, explicó a EFE que desde hace seis meses trabajan en buscar las excepciones legales.
Aclaró que eso no garantiza el asilo, porque «tienen que ser casos muy excepcionales».
Lo que sí representa es «una oportunidad de poder presentar sus solicitudes y no estar en la frontera esperando meses o años», dijo.
El activista indicó que este recurso legal también ayuda a los albergues a no tener el espacio saturado y recibir más migrantes.
Sebastián Farías, quien trabaja para la organización Psicólogos Sin Fronteras, compartió que previo a que las personas lleguen al puerto fronterizo El Chaparral, que es por donde ingresan a EE UU, se les ofrece una charla con psicólogos y abogados.
Ellos les explican el proceso por el que van a pasar una vez que les reciban las autoridades estadounidenses.
Además, se informan sobre lo que van a enfrentar para prepararlos en caso de que sus solicitudes no sean admitidas.
El auxilio de las organizaciones llega después de que Estados Unidos anunció el 5 de enero pasado que acogerá a 30.000 migrantes al mes de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Haití, pero deportará de inmediato al resto bajo el Título 42.
La región vive un flujo migratorio récord con 2,76 millones de indocumentados detenidos en la frontera de Estados Unidos con México en el año fiscal 2022. EFE