Se está agotando el tiempo.
La advertencia es de siete relatores de Naciones Unidas, que el 2 de noviembre emitieron una declaración conjunta en la que señalan: “Seguimos convencidos de que el pueblo palestino corre un grave riesgo de genocidio”.
“El tiempo para la acción es ahora. Los aliados de Israel también tienen responsabilidad y deben actuar ahora para evitar su desastroso curso de acción”.
El comunicado está en línea con el endurecimiento del discurso de la ONU ante lo que está ocurriendo en Gaza, lugar que según dijo este lunes el secretario general del organismo, Antonio Guterres, “se está convirtiendo en un cementerio de niños”.
Una de las expertas que firmó la declaración del 2 de noviembre es la italiana Francesca Albanese, abogada especializada en derecho internacional, con una extensa carrera en el tema de los refugiados palestinos, tanto en el terreno como en la academia.
Autora junto a Lex Takkenberg del libro “Refugiados Palestinos en la Ley Internacional”, publicado en 2020, Albanese fue nombrada en mayo de 2022 relatora especial de Naciones Unidas sobre los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados, la primera mujer en ejercer el cargo.
Su nombramiento -criticado por 18 congresistas estadounidenses que la acusan de parcialidad contra Israel- ha recibido el respaldo público de cientos de organizaciones de derechos humanos y civiles e instituciones académicas, juristas, congresistas y previos relatores especiales de la ONU.
Albanese y los otros relatores también llamaron a la liberación de todos los civiles que se mantienen cautivos desde el 7 de octubre, día en que Hamás realizó un ataque en territorio israelí que dejó al menos 1.400 muertos, según las autoridades israelíes, y más de 200 rehenes.
En los bombardeos a Gaza que Israel inició poco después, han muerto más de 10 mil personas, incluyendo más de 4.000 niños, de acuerdo al ministerio de Salud de esa ciudad.
BBC Mundo habló sobre Hamás, Gaza, Israel y los palestinos con Albanese, que en abril de este año recibió el Premio Internacional Stefano Chirarini en reconocimiento a su trabajo periodístico en Medio Oriente.
Usted ha condenado en reiteradas ocasiones los ataques de Hamás en Israel, y ahora junto a otros relatores de la ONU hizo una declaración que dice: “Seguimos convencidos de que el pueblo palestino corre un grave riesgo de genocidio”. ¿Podría explicar más sobre esto?
En primer lugar, debemos entender qué es genocidio, porque el lenguaje que hemos utilizado es muy pesado, tanto jurídicamente como históricamente.
En realidad, hemos hecho no uno, sino dos llamados, uno el 19 de octubre y otro el 2 de noviembre planteando una creciente preocupación por este riesgo.
El genocidio es un crimen que está prohibido, castigado y debe prevenirse según la Convención para la Sanción y Prevención del Delito de Genocidio de 1948.
(Hasta la fecha, 153 países han ratificado la Convención, entre ellos Israel y el Estado de Palestina, que tiene rango de Estado observador no miembro en Naciones Unidas.
Sin embargo, no todos ellos han firmado el Estatuto de Roma, que dio origen a la Corte Penal Internacional (CPI), encargada de juzgar estos crímenes. Al igual que Estados Unidos, China o Rusia, Israel no lo ha ratificado, mientras que el Estado de Palestina sí).
El genocidio es la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, religioso o racial.
Esto puede suceder a través de diversos actos: la matanza de miembros de un grupo, el daño grave de la integridad física de los miembros del grupo o la creación de condiciones que hagan imposible la vida de este grupo.
Hay otros casos, pero esto es lo que hemos visto que sucede en Gaza y existe la obligación de impedir que se cometa un genocidio.
¿Qué elementos en concreto han visto?
Ha habido tres cosas que nos alertaron.
Una son las crecientes declaraciones de lenguaje genocida que han usado líderes políticos y militares israelíes.
Los palestinos en Gaza han sido llamados “animales humanos”, incluso políticos moderados han hablado de “romper su columna vertebral”.
Son citas que se han utilizado desde las primeras horas de la reacción de Israel a los atroces ataques, a los crímenes que los militantes de Hamás cometieron en Israel, que por supuesto son crímenes de guerra y Hamás debe rendir cuentas por ellos.
Pero al mismo tiempo, la respuesta de Israel ha sido muy feroz.
Ahora bien, para que haya genocidio no basta con mirar la intención. También hay que mirar la realidad: en unas tres semanas o cuatro semanas Israel ha matado a más de 9.000 personas.
Esta es la misma cantidad de muertes que se han reportado después de diecinueve meses de conflicto entre Ucrania y Rusia, y también es la misma cantidad de Rohyngias que la junta de Myanmar mató en dos años.
Las cifras son enormes, y tenemos una audiencia occidental que está totalmente insensibilizada cuando se trata de muertes palestinas, porque han ocurrido una y otra vez. Ya habían matado a 4.200 personas en Gaza entre 2008 y 2023 antes del 7 de octubre, y mil de esas personas eran niños.
El hecho de que Israel haya matado a tantas personas y haya destruido o dañado gravemente la infraestructura civil, bombardeando hospitales, escuelas, mercados, mezquitas, iglesias, que haya destruido la vida civil, ¿cómo se puede justificar esto según el derecho internacional?
Y luego, por supuesto, también está la capacidad. Israel si quiere tiene la capacidad de aniquilar totalmente Gaza y por eso hemos planteado preocupación por el riesgo. El pueblo palestino en Gaza corre un grave riesgo de genocidio.
Israel ha afirmado numerosas veces que tiene derecho a defenderse. Y los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido, entre otros, también reiteraron en varias ocasiones que Israel tiene derecho a la autodefensa…
Aquí hay dos cosas: cuál es la ley, y cuál es la práctica, porque después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 Estados Unidos ha cuestionado en cierto modo la interpretación de lo que puede significar una amenaza…
Aclaremos este punto.
El artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas estipula que existe el derecho a la legítima defensa cada vez que hay un ataque, o una amenaza inminente de un ataque, que emana de un Estado.
El riesgo o el ataque debe emanar de un Estado, no de un grupo nacional o de un grupo de resistencia dentro del Estado. Así está consolidada la jurisprudencia del órgano judicial supremo de Naciones Unidas.
Ahora, luego (de los atentados) del 11 de septiembre, Estados Unidos atacó Afganistán y luego Irak, basándose en amenazas que emanan de estos países . Pero esto es ilegal.
Y nuevamente, el hecho de que haya una práctica que se aparte de ella no significa que eso cambie la ley o la interpretación de la ley.
Si los Estados quieren cambiar esto deberían acudir a la Corte Internacional de Justicia. De lo contrario, solo seguirán debilitando el derecho internacional con prácticas que van en contra de ese derecho.
Además, ha habido un vacío total de acción política porque el Consejo de Seguridad es en última instancia responsable de intervenir para mantener la paz y la seguridad.
Pero gracias al veto estadounidense se está dejando a Israel libre para manejar este asunto como le plazca.
Reitero una vez más: nadie cuestiona el derecho de Israel a protegerse a sí mismo y a proteger a sus ciudadanos. Pero su respuesta debería haber sido de acuerdo a los términos de la ley y el orden. No pueden librar una guerra contra el pueblo que ocupan.
Philippe Lazzarini, jefe de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos le dijo al Consejo de Seguridad que hay un castigo colectivo de la población de Gaza. Además de los ejemplos que ya ha mencionado, ¿qué otros crímenes de guerra cree usted que han cometido ambas partes?
Los crímenes de guerra se vienen produciendo desde hace mucho tiempo y el mantenimiento mismo de la ocupación israelí durante 56 años ha implicado la comisión de muchos crímenes de guerra.
Ahora, a partir del 7 de octubre, ha habido una escalada de crímenes de guerra.
Atacar intencionalmente a civiles, matarlos, abusar de ellos, maltratarlos o tomarlos como rehenes como hizo Hamás es un crimen de guerra. Comprende varios crímenes de guerra.
Y también lo es la respuesta de Israel con los ataques contra hospitales, escuelas, la falta distinción entre objetivos civiles y militares en una zona densamente poblada.
Eso ya ha sucedido antes. Hubo cinco guerras en Gaza antes de 2023 y la respuesta militar nunca ha demostrado conducir a seguridad para nadie. Realmente se ha brutalizado y deshumanizado a los palestinos. Tampoco ha habido respeto a la proporcionalidad, a tratar de evitar daños.
Lo que dijo el comisionado general de UNRWA sobre el castigo colectivo, también lo mencionó el Alto Comisionado para los Derechos Humanos.
Pero ya había un castigo colectivo en marcha, porque el bloqueo de Gaza desde 2007, 16 años de bloqueo aéreo, naval y terrestre, ya era un castigo colectivo, ya era un crimen de guerra.
Lo que estamos viendo ahora es mucho más grave porque endurecer el bloqueo en medio de intensos bombardeos significa impedir que la asistencia humanitaria llegue a la población en un momento en que esta ayuda se necesita desesperadamente.
Desde la primera semana de este bombardeo en masa no hubo entrada desde Israel de agua, alimentos, medicinas y combustible.
Antes del 7 de octubre, 500 camiones entraban cada día en la Franja de Gaza. Y ahora, en un mes, hemos tenido un total de 600, 700 camiones en el mejor de los casos.
Sin combustible no se permite a la población desalinizar el agua. La gente está bebiendo agua de mar, pasa hambre, sabemos de familias enteras que viven con una barra de pan cada día, y esto conduce a una hambruna intencionada que es un crimen de lesa humanidad.
Y no creo que la comunidad internacional -la mayor parte de mis críticas se dirigen a los países occidentales- esté cumpliendo con sus responsabilidades según el derecho internacional.
El derecho internacional ha sido completamente violado y obliterado en el contexto actual, porque todos apoyan el derecho de Israel a la autodefensa, pero bajo el derecho internacional no existe el derecho a librar una guerra contra una población ocupada.
Usted también advirtió en una declaración el 14 de octubre sobre limpieza étnica, que es como se define la expulsión forzosa o exterminio sistemático de grupos étnicos, raciales o religiosos de una zona determinada, con la intención de hacer una región étnicamente homogénea.
La limpieza étnica de los palestinos es algo que ha estado en curso desde 1947, porque en 1947-1949 750.000 palestinos, la mayoría de ellos originarios de lo que es hoy Israel moderno, fueron expulsados en conexión con la creación del Estado de Israel y nunca se les permitió regresar.
Y en 1967, 350.000 palestinos fueron desplazados y se convirtieron en refugiados una vez más en Jordania, Egipto y otras partes de Medio Oriente, y tampoco se les permitió regresar.
Por eso esta vez, cuando vi la orden de evacuación que el Estado de Israel emitió ordenando a 1,1 millones de personas, a toda la población del norte de Gaza, que se desplazara hacia el sur, que también ha sido bombardeado, dije que esto iba a ser otro ejemplo más de limpieza étnica porque, bajo la niebla de la guerra, Israel ya lo ha hecho dos veces.
Así que está la intención y ahí está el precedente.
Y cuando digo intención, ha habido varias figuras políticas en Israel que se han referido a la “solución egipcia” de trasladar a la población de Gaza al Sinaí, donde se les darán escuelas, tiendas de campaña y asistencia, haciendo que los refugiados palestinos vuelvan a ser refugiados otra vez, porque en Gaza el 75% de la población son refugiados de Israel.
En la declaración de los relatores de la ONU que usted suscribió se menciona específicamente el bombardeo al campo de refugiados de Jabalia, y se dice que es un crimen de guerra. El ataque fue según Israel para matar a un comandante de Hamás. Quiero plantearle lo que dijo el portavoz del ejército israelí, Richard Hecht, en una entrevista con CNN, cuando se le preguntó sobre la muerte de civiles en Jabalia. Hecht señaló “Hacemos lo posible para minimizar daños”, “les dijimos a los civiles que se trasladaran al sur”, y reiteró que Hamás se esconde entre los civiles. ¿Cuál es su respuesta?
Hay dos cosas aquí. Porque el malentendido está en la forma misma en que se presenta a Hamás.
Hamás es un movimiento político. Esto no pretende tolerar ni justificar nada de lo que Hamás ha hecho ni ningún crimen que haya cometido.
Siempre he dicho que Hamás es, ante todo, un lastre para el pueblo palestino, porque ha habido intentos de derrocar a Hamás dentro, por jóvenes durante la primavera árabe, y estos intentos fueron aplastados.
Por tanto, Hamás debería presentarse como una entidad que gobierna, de forma autoritaria -de eso no hay duda-, pero aún así es una entidad que tiene una estructura administrativa.
Por eso es muy vago y muy opaco decir que queremos erradicar a Hamás. ¿Cómo se erradica un movimiento político?
Pero hablemos del campamento de Jabalia. Israel atacó intencionalmente un campo de refugiados abarrotado donde viven al menos 4.000 personas, matando seguramente a 100 (otras muertes están siendo verificadas) porque había un comandante de Hamás allí.
Así que las vidas de cientos de personas se han puesto en riesgo por culpa de una sola persona, ¿dónde está la proporcionalidad aquí?
Estamos en una situación de conflicto en la que van a matar a un miembro de Hamás, y matar o herir a cientos de personas se considera proporcional.
Así que este es el valor que Israel atribuye no sólo a las vidas de los palestinos, sino también a las de sus propios rehenes, porque hay rehenes israelíes que están atrapados en la franja de Gaza y, por supuesto, deberían ser liberados. Pero, ¿cómo va el bombardeo masivo de Gaza hacer que su vida sea más segura?
Se han saltado las vías diplomáticas y se ha dejado completamente de lado la posibilidad de que el sistema multilateral intervenga.
Entonces lo que veo es lo que dijo el comandante militar de Israel: lo que buscamos es la destrucción, no la precisión, ése es el verdadero objetivo aquí.
Antony Blinken, el ministro de Relaciones Exteriores de Estados Unidos, viajó a Medio Oriente para llamar a una pausa humanitaria que permita el ingreso de ayuda. ¿Cómo ve estos esfuerzos?
Creo que es cínico y cruel utilizar este lenguaje, porque lo único que se debería pedir es un cese el fuego. Y Estados Unidos es posiblemente no sólo el principal, sino el único actor con influencia que puede detener a Israel.
Porque después de cuatro semanas de operaciones militares puedo ver que no hay ninguna ganancia militar significativa aparte de la matanza de miles de civiles y la destrucción de sus vidas.
Así que pedir que se detenga el bombardeo sólo para que consigan algo de comida y agua y luego volver a bombardearlos es cruel.
Pero también en la comunidad internacional hay responsabilidad por una violación tan flagrante de las obligaciones del derecho internacional. Y llegará el momento en que, tarde o temprano, la justicia llamará a la puerta de estas personas.
Aunque soy muy pesimista sobre los escenarios futuros, sigo firme en mi esperanza de que la gente despierte, que tenga un despertar de su conciencia y actúe de acuerdo con principios básicos de legalidad en el interés tanto de los palestinos como de los israelíes. Ambos merecen la paz.