La baja en los ingresos de la estatal petrolera venezolana PDVSA, amenaza con ahondar la crisis en la industria, que experimenta su enésimo desfalco por parte de altos funcionarios del régimen de Nicolás Maduro.
Los ingresos reportados en el primer bimestre del 2023 estuvieron por el orden de los US$1.685 millones. El monto está ligeramente próximo de lo percibido en el mismo período del año pasado. Sin embargo, el monto facturado en febrero -US$825 millones-, está 20% por debajo de lo que reportó en el mismo mes del año pasado.
La caída, incluyendo el hecho de que gran parte de estos recursos aún no se han cobrado, complica la situación de caja de PDVSA. Según un informe de Petroguía, esto también agrava la preocupación por la gestión del presidente de la estatal y ministro de Petróleo, Pedro Tellechea.
La estabilización en la cotización del crudo Merey en US$61 ha sido uno de las pocas buenas noticias que ha recibido Tellechea en sus dos meses frente a PDVSA, aún cuando el petróleo Ural de origen ruso, está compitiendo vendiéndose US$10 por debajo del crudo venezolano.
Marzo, peor
La situación de PDVSA se agrava en marzo debido al efecto que sobre el mercado de commodities, está teniendo el colapso de varios bancos en Estados Unidos y especialmente por la caída del Credit Suisse, en Suiza.
A pesar de que el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos autorizó a Chevron a recuperar la producción de sus empresas mixtas para exportar el crudo hacia ese país, PDVSA no logra repuntar la producción. Igualmente la estatal no puede aumentar sus exportaciones, tumbando las expectativas que tenía puestas de llevarlas a cerca de los 800 mil barriles diarios.
Los despachos de petróleo y combustibles hacia el exterior durante el primer bimestre rondaron los 580 mil barriles diarios, 68 mil barriles por encima de los dos primeros meses de 2022.