Nuevamente conseguir efectivo se convirtió en una proeza para los venezolanos, quienes en las últimas semana vuelven a padecer el suplicio de buscar bolívares para los gastos mínimos.
Lo que pareció aliviarse con la incorporación de tres nuevos billetes en el cono monetario, en junio de 2019, hoy vuelve a la lista de preocupaciones diarias especialmente con la radicalización de la cuarentena y el horario restringido de los bancos.
La falta de efectivo fue uno de los principales problemas de los venezolanos en 2019, que se logró minimizar tras la emisión de billetes de 10.000, 20.000 y 50.000 bolívares, montos lejanos de las denominaciones máximas que mantenía el cono monetario hasta entonces, cuando el billete de mayor denominación era el de 500 bolívares.
«La pandemia vino para complicarnos aun más la vida», reseña Magaly Useche, tras explicar que para poder movilizarse a diario a su trabajo – ambulatorio en Los Salias – debe contar con efectivo para pagar el autobús.
Reseña que los bancos están trabajando poco y que no hay forma de cancelar el pasaje con tarjeta de débito. «Uno esperaría que las autoridades se pusieron en los zapatos del pueblo y buscarán la manera de aliviar esta tragedia», agrega.
Le toca muchas veces caminar desde su residencia, ubicada en Las Minas, hasta el Ambulatorio que se encuentra en la perimetral de San Antonio de los Altos. «Es un agotamiento físico y mental fuerte», agrega.
Se complica aun más para quienes viven y trabajan en municipios distintos. Amalia Blanco reside en La Matica (Los Teques) y trabaja en La Cascada (Carrizal), narra que por falta de efectivo e incluso autobús le toca caminar por la Panamericana para ir y regresar.
«Trabajo en un supermercado, por lo que sí estamos abiertos al público, me toca laborar pero las autoridades no hacen nada para facilitarnos el transporte», reseña.
Redacción El Tequeño
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