Ante el alto costo que representa atravesar el país semanalmente para visitar y proveer de alimentos y medicinas a reclusas del Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF), varios familiares se dieron la tarea de contratar servicios de delivery en Los Teques, capital del estado Miranda, que es donde se ubica la cárcel, para que hagan compras y las lleven durante los días de visita.
El Pitazo entrevistó a uno de los motorizados que acostumbra ir al INOF dos lunes al mes, esto con la finalidad de hacer entregas de comida a las reclusas. El hombre de 32 años solicitó que su identidad fuera resguardada y detalló que desde hace dos años se dedica a prestar este servicio.
Aclaró que ofrece un precio solidario en vista de los múltiples gastos que enfrentan familias para costear la alimentación y salud de una privada de libertad. “Comencé haciendo carreras los días de visita y así hice clientes, cuando esas personas no podían venir me hacían un pago móvil y enviaban una lista de compras, llegó el momento en el que me llamaba mucha gente al igual que varios compañeros que se dedican a la misma labor”, contó el motorizado a El Pitazo.
Cientos de dólares
En un informe reciente presentado por la organización Una Ventana a la Libertad se destacó que familias ameritan al menos 300 dólares mensuales para alimentar y comprar medicamentos para un recluso, además de los gastos en traslado.
El motorizado entrevistado aseguró que suele comprar alimentos que ya vienen listos: pan, jugos sellados y en envases transparentes, galletas, así como productos de aseo personal, principalmente papel y toallas sanitarias, y medicamentos cuando la situación lo amerite.
“Hay familias que envían 10 dólares y yo trato de comprar en lugares donde sea más económico para que rinda ese dinero. Esas personas me comentan que se ahorran mucho dinero, a veces 20 o 70 dólares, y hasta más, en traslado. Pero intentan venir al menos una vez al año para abrazar a sus familiares”, contó el motorizado, quien también asegura que es contactado por familiares que se encuentran en el exterior.
Cementerio de Mujeres Vivas
En mayo de este año, el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) presentó un informe titulado INOF, un Cementerio de Mujeres Vivas, en el que detalló las violaciones a los derechos humanos a las que son sometidas más de 400 mujeres que se encuentran recluidas en este centro penitenciario, que representa el único para mujeres en Venezuela.
En el informe se entrevistaron a extrabajadores de la cárcel que describieron que hasta hace 20 años, las reclusas recibían alimentación de primera calidad, que consistía en tres comidas balanceadas y merienda en un día, además poseían una cantina en la que tanto ellas como familiares podían comprar. Recordaron que también contaban con servicio médico. Sin embargo, las condiciones en las que permanecen actualmente son inhumanas y deplorables según lo han denunciado varias organizaciones no gubernamentales y los propios familiares.
El pasado 15 de agosto, reclusas protagonizaron un motín del que se enteraron medios de comunicación en vista que vecinos del INOF grabaron audios en los que se escucha a las privadas de libertad pidiendo auxilio y gritando que las torturaban. La situación fue luego confirmada por el OVP y sus familiares.
Las reclusas manifestaron contra el hacinamiento y las precarias condiciones en las que viven.
Durante la segunda semana de septiembre fue reportada la muerte de la reclusa Deisy Chirinos, quien llevaba siete años privada de libertad y presentaba un cuadro de desnutrición. La interna llevaba varias semanas solicitando un traslado a un centro hospitalario ya que presentaba un cuadro complicado de salud, pero se le negó.