La famosa actriz rusa Chulpán Jamátova, que había pedido al Kremlin el fin de la «operación militar especial» en Ucrania, se ha exiliado en Letonia, destino de muchos disidentes rusos.
«Tengo miedo a volver (…), me han dado a entender que regresar es peligroso. Ahora estoy en Riga. Lo que sé es que no soy un traidora. Quiero mucho a mi patria», dijo Jamátova en una entrevista publicada por una periodista rusa en Youtube.
Jamátova, que saltó a la fama en 2003 con su papel en la película alemana «Good Bye Lenin!» (2003), admitió que para volver a Moscú tendría que «dejar de decir que esto es una guerra y una tragedia».
«Mentirme a mí misma y a todo el mundo, vivir en una mentira. Eso en el mejor de los casos, si no me obligan a llamar negro a lo que es blanco», subrayó y recordó que sus amigos ucranianos le han contado lo que está pasando en el país vecino.
Consideró que, tras la aprobación de una ley que prevé penas de cárcel por difundir «información falsa» sobre el Ejército ruso, para no ir a prisión ella debería, a su regreso, incluso pedir perdón por no apoyar el inicio de la campaña militar en Ucrania.
La actriz, que pidió el fin de la campaña militar al día siguiente de su inicio, admitió que no puede considerar «ajeno» el sufrimiento y la «catástrofe humanitaria» que la intervención militar rusa está causando en el país vecino bajo la tapadera de una «liberación».
Jamátova, que en el pasado se había abstenido de criticar públicamente al presidente ruso, Vladímir Putin, confía en que su postura en relación a la intervención militar rusa en Ucrania no influya en sus actividades caritativas, por las que se labró un gran prestigio en Rusia y en el extranjero.
En los últimos años participó, entre otras, en una obra de teatro que intentaba rehabilitar la figura del último dirigente soviético, Mijaíl Gorbachov, y en la película «Los Petrov con Gripe» de Kiril Serébrennikov, director perseguido judicialmente por el Kremlin.