Existe una frase llamada “síndrome del perro negro” que dice que los animales predominantemente oscuros tienen menos probabilidades de ser adoptados. Los perros grandes y negros, como los gatos negros, suelen considerarse —además— peligrosos o de mal agüero. Los animales oscuros, piensan algunos también, no salen bien en las fotos.
A juzgar por la lente de Elke Vogelsang, todos estos postulados quedan al margen. “Es posible que hayas visto imágenes de perros negros en las que apenas se ve la cara, sólo una mancha negra con ojos…”, grafica a Infobae esta fotógrafa alemana que se volvió viral a fuerza de fotos sorprendentes donde entre sus modelos, aparecen simpáticos canes de pelo negro.
“Personalmente, me encanta el pelaje negro brillante. Me parece especialmente elegante y bonito. La gente puede pensar que fotografiar perros negros es un reto. Ciertamente, es un poco más difícil que otros colores de pelaje. Sólo tenés que asegurarte de que el pelo reciba la luz uniformemente desde todos los lados. Por supuesto, esto se puede hacer fácilmente en el estudio”, suelta Elke, quien suele retratar los perros de las familia que viven cerca de su casa.
La clave para la fotógrafa es que el perro se divierta
Solo hace falta ver su cuenta de Instagram para darse cuenta la dedicación que ella tiene por estos perros. Las fotos son realmente fascinantes y hasta no parecen reales. Elke está en cada detalle, desde la luz hasta en la paciencia que aplica para captar la expresión más conmovedora de sus modelos de cuatro patas. Ahora, ¿cómo hace ella para que ellos miren de la forma en que la miran? “Tengo varios trucos para llamar la atención del perro, —dice—. En algunos casos, cuando no mira a la cámara, le digo al dueño que se ponga a mi lado y le hable, le muestre un juguete o una golosina”.
Y suma entre risas: “Si quiero que el perro mire a la cámara, yo mismo hago ruidos tontos, le doy un juguete o golosinas”. Tienen que divertirse, esta es la clave para ella. Y mucha paciencia. “Diversión y soborno”, agrega jocosa Elke.
Elke contó a Infobae que los perros lograron consolarla en los malos momentos
La fotógrafa dice que cada perro tiene una personalidad muy diferente. “Sin embargo, el color del pelaje no influye en su carácter. Conocí a cientos de perros y con cada uno aprendo un nuevo truco para intentar motivar y enganchar al animal”, cuenta.
—¿Qué es lo que mas te gusta de sacarle fotos a los animales?
—Los animales son personajes alegres. Encuentran placer en las cosas más mundanas. Viven el presente y no les importa el futuro. Mis tres perros, Noodles, Scout y Loli, son mi alegría, mi recreo y mi fuente constante de risas. También pueden ser tímidos y melancólicos. Me consolaron en los malos momentos. No puedo expresar con palabras lo mucho que significan para mí, así que supongo que intentar expresarlo en imágenes es algo natural.
“Son los compañeros más maravillosos y un gran enriquecimiento para nuestras vidas”, dice
—Hay un concepto cada vez más fuerte de las familias multiespecie donde el perro es uno más ¿Cuál es tu opinión?
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—Sí, son familia. El tipo de familiares que te encanta tener cerca y con los que nunca te metés en problemas, porque no tienen pretensiones y perdonan. Yo no diría que prefiero los perros a los humanos. Hay personas que significan mucho para mí. Pero sin duda digo que son los compañeros más maravillosos y un gran enriquecimiento para nuestras vidas. Espero poder devolverles al menos la mitad de lo que nos dan.
Conocer a muchos animales y poder pasar tiempo con ellos es el sueño hecho realidad de esta fotógrafa. “Son indulgentes, es un placer trabajar y estar con ellos. También son muy divertidos. Además, es conveniente que, a diferencia de los humanos, no se preocupen por su aspecto, lo que sin duda facilita la vida de un fotógrafo”, dice.
La fotógrafa alemana Elke junto a sus tres perros
—Te has vuelto viral con este sueño
—Estoy muy contenta de la comunidad tan amable y amistosa. Apenas solo hay algo de negatividad. La gente se reúne para disfrutar de los perros y la fotografía. Es un lugar para sentirse bien. Me siento muy bendecida y honrada de conocer virtualmente a gente de todo el mundo. Poder interactuar con gente desde Perú hasta Nueva Zelanda.
—¿Te planteaste hacer algo más con la masividad que tenés ahora?
—Espero promover un poco el bienestar de las mascotas. Me gustaría animar a la gente a adoptar un animal que haya sido abandonado. Mis propios perros fueron rescatados de una vida en la calle. Son maravillosos embajadores de los perros callejeros.
Vida de perros
Hubo una época que el marido de Elke tuvo un problema de salud grave y estuvo en coma. Los perros fueron un pasatiempo que la ayudaron a vivir ese momento
Elke creció en una familia amante de la fotografía y los perros. “Cuando adoptamos a nuestra primera perra, Noodles, en 2007, sentí que necesitaba mejorar mis habilidades fotográficas para hacer justicia a su belleza y encantador carácter”, cuenta esta fotógrafa quien unos años después, con su marido tuvieron que cuidar a una familiar que sufría demencia.
“Era una mujer encantadora. Decidí buscar una salida creativa para distraerme de esta época tan estresante. Planeé empezar un proyecto de una foto al día a partir del 1 de enero de 2010. Pero poco antes, en las Navidad de 2009, encontré a mi marido inconsciente en la bañera. El diagnóstico fue una grave hemorragia cerebral debido a un aneurisma”, relata.
Erke decidió empezar entonces el proyecto, a pesar de que su marido se encontraba internado en el hospital. “Quería intentar mantener un poco la calma y tener algo como un diario visual para mi esposo en esa época. Estuvo en coma y más tarde dejó de tener memoria a corto plazo. Así fue durante meses. Como mis perros eran mi único pasatiempo, les hacía fotos cuando los sacaba a pasear”, cuenta.
Afortunadamente su pareja se recuperó pero el cuidado continuó. “La fotografía se había convertido en mi pasión y no quería dejar de hacer fotos. Hoy cada vez más gente me preguntaba si puedo fotografiar a su perro”, suelta Erke. Desde ese momento traba apasionadamente para mejorar sus habilidades fotográficas y de marketing.
Dice que nada sucedió de la noche a la mañana. Y es este un postulado cierto que tiene base en el esfuerzo. Y el amor, claro, hacia los perros. “Fue un viaje lento pero gratificante”, grafica.
Al cabo de pocos años pudo dejar su trabajo como traductora y ahora trabaja tiempo completo como fotógrafa profesional, especializada en retratos de mascotas. “Como quiero seguir disfrutando plenamente de la fotografía, decidí especializarme por completo en la fotografía de mascotas”, cuenta.
Dirá que es lo que más le gusta hacer; en la mirada de estos morenos peludos quizás se encuentre gran parte de la explicación.