Fox News | Estados Unidos necesita un acuerdo con Venezuela que sólo el presidente Trump puede lograr

Redaccion El Tequeno

El presidente Donald Trump ha demostrado una y otra vez que la fuerza y la diplomacia inteligente pueden ir de la mano. En ningún lugar es eso más necesario hoy que en Venezuela, un país situado a sólo 1.300 millas de Miami, rico en petróleo, pero controlado por un régimen narcosocialista ilegítimo.

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Durante años, Venezuela ha sido tanto una tragedia humanitaria como una amenaza para la seguridad nacional. El régimen de Nicolás Maduro ha inundado de narcóticos las calles estadounidenses, ha desatado oleadas de emigrantes ilegales a través de nuestra frontera sur y ha abierto las puertas de Venezuela a la China comunista, a la Rusia de Vladimir Putiny a los mulás de Teherán.

¿Cuál es el resultado? Las ciudades estadounidenses se doblan bajo el peso de la emigración ilegal masiva, las familias estadounidenses pagan más en el surtidor y Pekín se fortalece mientras nuestro patio trasero se vuelve menos seguro.

No te equivoques: el Partido Comunista Chino vigila de cerca a Venezuela. Llevan años ofreciendo al régimen de Maduro salvavidas mediante préstamos, material militar y tecnología de vigilancia a cambio del control por la puerta de atrás del petróleo y las infraestructuras de Venezuela. Su misión es sencilla: expulsar a las empresas estadounidenses y utilizar a Venezuela como otra palanca de poder contra Estados Unidos en nuestro propio hemisferio. Esta situación no puede ignorarse por más tiempo. Y sólo un líder tiene tanto la fuerza como la perspicacia para salir de este punto muerto: El presidente Donald J. Trump.

El liderazgo America First del presidente Trump se basa en una idea sencilla: el poder estadounidense debe utilizarse para promover los intereses estadounidenses. Cuando otros hablaban, él actuaba y negociaba desde una posición de fuerza. La audaz política exterior del presidente Trump ha devuelto a casa a rehenes, ha desmantelado líderes terroristas y redes de narcotráfico, y se ha enfrentado a la China comunista como ningún presidente lo había hecho antes.

Ahora, necesitamos esa misma fuerza para trazar un nuevo rumbo sobre Venezuela. Nuestro objetivo debe ser un acuerdo estratégico que corte el suministro de fondos al despiadado régimen de Maduro, protegiendo al mismo tiempo los empleos e intereses estadounidenses. Estados Unidos tiene una clara ventaja que aprovechar gracias a su acceso a las vastas reservas de petróleo de Venezuela. Mantener ese acceso reducirá los costes energéticos aquí en casa e impedirá que la China ista se haga con el control de otra fuente de energía crítica. El presidente Trump ya ha explicado exactamente cómo hacerlo. En una reunión celebrada en marzo en el Despacho Oval con líderes del sector de la energía, el presidente Trump y el secretario Lutnick debatieron la idea -después esbozada en una orden ejecutiva- de utilizar aranceles secundarios sobre los países importadores de petróleo venezolano como medio principal de restringir el flujo de dinero hacia el régimen sin perjudicar a las empresas ni a los puestos de trabajo estadounidenses.

Es una táctica brillante. China, y no Estados Unidos, es el mayor importador de petróleo de Venezuela. Una política de imposición de aranceles secundarios a los importadores de petróleo venezolano, permitiendo al mismo tiempo que las empresas estadounidenses sigan operando, hará mucho más daño a Maduro y a su régimen, protegerá los puestos de trabajo estadounidenses e inhibirá la expansión económica y geopolítica de China.

El presidente debe ajustar su política sobre Venezuela para permitir que las empresas estadounidenses y aliadas compren petróleo venezolano, lo que apoyará a las empresas y empleos estadounidenses. Una política de imposición de aranceles secundarios a China, Rusia e Irán por comprar petróleo venezolano, al tiempo que se permite a las empresas estadounidenses y aliadas seguir operando, hará mucho más daño a Maduro y a su régimen, al tiempo que protegerá los empleos estadounidenses e inhibirá la expansión económica y geopolítica de Chinaen el proceso.

Pero no puede detenerse en el petróleo. Como parte de cualquier acuerdo, el régimen de Maduro debe aceptar recuperar a sus extranjeros ilegales e iniciar reformas reales y ejecutables que limiten el flujo de drogas y el tráfico de personas hacia Estados Unidos. El enviado especial del presidente Trump, el embajador Richard Grenell, ya ha sentado las bases para un acuerdo de este tipo. El presidente Trump comprende lo que está en juego. Bajo su liderazgo, Estados Unidos puede forzar la mano de Maduro, proteger los puestos de trabajo estadounidenses, hacer bajar los precios de la energía, expulsar al PCC y la influencia iraní y rusa, y obligar al régimen a responsabilizarse de sus ciudadanos en lugar de arrojarlos a suelo estadounidense.

Éste es el tipo de liderazgo que sólo se consigue poniendo a Estados Unidos en primer lugar. Sin duda, este planteamiento no significa abandonar otros intereses estadounidenses en el país, como la promoción del Estado de derecho, la democracia y los derechos humanos. Sí significa dar prioridad a la seguridad nacional y al bienestar económico de EEUU para dejar espacio a otros esfuerzos importantes. Es hora de llegar a un acuerdo, como sólo puede hacerlo nuestro presidente.

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