Galerista Odalys Sánchez: Quieren quitarme del camino y no lo van a lograr

Redaccion El Tequeno

La directora del Grupo Odalys, Odalys Sánchez de Saravo, explicó en exclusiva para El Nacional qué ocurrió exactamente el pasado 30 de julio durante la Subasta 307 de arte moderno y contemporáneo que se llevó a cabo en el centro comercial Líder, Caracas, donde la galería tiene una de sus cuatro sedes. Sánchez estuvo acompañada por su equipo legal, conformado por los abogados Juan Luis González, Elsa Aragoza y Jesús Acosta Guzmán.

El momento de la detención de Sánchez se dio a conocer a través de Twitter e Instagram. De allí se viralizó y promovió comentarios sobre la directora de la institución fundada en 1992 que cuenta con presencia en Madrid y Florida (además de los centros comerciales Líder y Concresa en Caracas). Sobre ello Sánchez afirmó que podía resumirlo en cuatro palabras: terrorismo judicial y extorsión. La físico nuclear de profesión aseguró que la policía del municipio Sucre estuvo involucrada activamente.

La detención de Odalys Sánchez ocurrió porque, presuntamente, estaba al tanto de una notificación (que data a abril de este año) donde se le ordenaba la suspensión de subastas públicas y privadas, así como la venta de obras de arte. Sánchez no estaba al tanto de ello, jamás tuvo acceso a tal documento. De hecho, este año, hasta el mes julio, organizó siete subastas públicas.

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El documento que establece la suspensión de las subastas. Sánchez afirmó que no tuvo acceso a él hasta el domingo

«Son 31 años haciendo subastas. 307 subastas de las cuales yo misma he liderado por lo menos 37; las otras siete, las primeras, era yo quien las organizaba», dijo Sánchez vía telefónica. Además, se refirió a su labor como titánica en soledad. «Dudo que en Venezuela alguien más esté haciendo un pequeño esfuerzo como el que estoy haciendo yo para mantener un mercado de arte. Para mantener a los artistas, para mantener a los coleccionistas que tienen su inversión de por medio; para mantener a todos a los críticos de arte… porque todo se mueve a través de la venta de arte», agregó.

Explicó Sánchez que para subastar, en primer lugar, se firma un documento de consignación. Lo cual implica que la persona firmante es propietario absoluto de la pieza. «Además, garantiza su autenticidad y responde por ella», afirmó. Además, la directora enfatizó en que si hubiese alguna duda -como pasa en todas las subastas del mundo- la responsabilidad es de quien la consigna y no de la casa de subasta.

Sobre lo que diferentes medios de comunicación han publicado sobre el caso, Sánchez aseveró que la única verdad es que pueden existir ciertas diferencias entre los montos adeudados y los montos pagados por artistas y otras personas. Sin embargo, subrayó que son gastos que se generan de forma permanente cuando una pieza entra en una casa de subasta.

«Nosotros hacemos todo el trabajo necesario y suficiente para que cuando llegue al público llegue totalmente curado. Por eso no hemos tenido los inconvenientes que tienen muchas casas de subastas. (…) Gastos de restauración, de almacenamiento, gastos de traslado, gastos de procesamiento, fotografías, catalogación. Pero esos son temas que se dilucidan en los tribunales mercantiles, no en los tribunales penales. Yo he sido atacada desde el domingo de una forma a mansalva. Lo que querían era quebrar mi fortaleza, lo cual no han logrado. Están buscando sacarme del camino para ver si alguien me sustituye», añadió.

Sánchez rechazó que la opinión pública intente ponerla en contra de organismos públicos por su participación y colaboración permanente con la Fundación Museos Nacionales y con el Ministerio de Cultura. «Cosa que no van a lograr porque sencillamente es un trabajo de rescate del arte venezolano. Como estamos totalmente de acuerdo ellos y nosotros, entonces quieren intentar inculparlos de cosas que no están saliendo de los organismos públicos de ninguna manera; está saliendo de la mano de cuatro facinerosos que creen que el arte se gana de esta manera y que pretenden ellos ser los líderes en la certificación de obras de arte en Venezuela. Creen que la cosa es tan fácil porque, realmente, la ignorancia es suprema. No duden de que yo voy a acudir a todos los actos presenciales que me sean convocados. No tengan la menor duda que me mantengo en Venezuela, no me voy a ningún lado», sentenció.

Asimismo, Odalys Sánchez pidió que se reconociera el apoyo de sus clientes, artistas, colaboradores, críticos de arte, medios de comunicación e intelectuales de Venezuela. «Agradezco enormemente esto porque lo que significa es que hemos hemos hecho el trabajo. Y que el trabajo ha quedado y la gente lo está reconociendo. La malicia existe, la envidia es el pecado capital. Y yo toda la vida he sido envidiada. Estoy dispuesta a todo. Y voy contra todos. Y nadie dude de que esto quede así. Que me sigan los buenos, los malos ya los buscaremos en el camino».

¿Qué pasó el 30 de julio?

Transcurría la subasta 307 cuando un grupo de efectivos del Sistema Integrado Policial  interrumpió el evento, la séptima puja que realiza este año. Durante los primeros 30 minutos la galería había vendido 40 lotes de obras. Fue cuando se acercaron tres policías que abordaron a Sánchez. La galerista afirmó que eran 7 en total, pero que estaban dispersos.

«Eso fue como si yo fuera delincuente recalcitrante. Ese es el primer momento en que me entero del mandamiento. También es la primera vez que me entero de que la Fiscalía había dado esa instrucción. Claramente, cuando yo veo eso y está la policía, suspendo la subasta. Y la suspendo explicándole a mis clientes las razones», puntualizó Sánchez.

Sobre mandamiento emitido por un tribunal, con fecha abril 2023, Sánchez afirmó que nunca le fue notificada la decisión acerca de la suspensión de subastas. «Ahora cayeron porque les cuadraron los tiempos. Y porque era el momento. Yo las había hecho sin saber nada. No he tenido ninguna notificación de que no pudiera hacer subastas», dijo. Pero además, explicó que dicho documento no está dirigido a ella sino al jefe de la Alcaldía de Sucre. «¿Quién será ese? Tal vez el alcalde. Pareciera ser inocencia, pero no es sino ambigüedad y mala intención».

En el momento que fue notificada, los funcionarios llevaban cámaras fotográficas para registrar lo que ocurría. Señaló la galerista que el propósito era generar una situación de conflicto y caos público. Querrían buscar aliados para interponer una demanda. «Todo parte desde hace tiempo porque hay algunas personas que tienen comportamientos muy dudosos y están involucrados en este tema. Eso ya lo veremos, lo está resolviendo en un procedimiento con su trabajo nuestro equipo legal», dijo.

Además de la detención a Odalys Sánchez, los policías intentaron tomar los cuadros que se subastaban. Sin embargo, ella y su equipo lo evitaron. Los policías no podrían custodiar adecuadamente las obras, por el contrario, pudieran causarle graves daños. Sánchez es la responsable por cada una de las piezas.

Sánchez narró cómo fue el momento de su detención: «Me invitan que vaya con ellos. Y cuando me voy con ellos, me doy cuenta de que estoy detenida. (…) Ellos no tenían ni orden de aprehensión contra mí ni orden de incautación. Pero me llevaron y pasaron por encima de todo. Fue la Policía de Sucre. Violando todos mis derechos personales, ciudadanos, legales, mercantiles, todos. Yo no tengo ningún tipo de ilegalidad con nadie. Sencillamente, si hay algunas diferencias económicas se dilucidan en los tribunales mercantiles, no en los tribunales penales», aclaró.

Enfatizó que desconoce quiénes son las personas que la demandan. Pero tiene certeza absoluta de que las obras subastadas son de consignatarios particulares y cuenta con toda la documentación que así lo acredita. Comentó que actualmente por Whatsapp está circulando una convocatoria para que los presuntos afectados se sumen a la denuncia colectiva.

«A mí me han tratado como una delincuente los últimos dos días, cosa que yo trataré de recuperar de todas las formas posibles. Porque no es que me timaré ni el mínimo detalle para que todos los responsables paguen por esta historia», denunció. Su nombre es su gran activo; uno por el cual ha trabajado durante 31 años.

—Ya adelantó que no tenía conocimiento sobre de la sentencia emitida por un tribunal en abril de este año.

—Era un mandamiento. No era una sentencia porque no se ha juzgado nada.

-Al momento de la respuesta interrumpe uno de los abogados para aclarar la respuesta de Sánchez: «Sentencia fue la que hubo el día de ayer (lunes) en el cual le dieron plena libertad a la señora en todos los sentidos de la palabra; el juez sí dictó una sentencia y la puso en libertad plena, en uso de todos sus derechos». Luego retomó Sánchez: era como una medida cautelar. Por eso es que la policía actuó precipitadamente; por un oficio que fue dirigido al alcalde.

—¿Cuánto tiempo estuvo retenida?

—Un día. ¿Y cómo fui tratada? Muy maltratada. No voy a contar nada al respecto porque eso pertenece a mi vida personal.

—De acuerdo con el documento, «existe un peligro inminente de remate, venta, subasta o cualquier otra forma de enajenación de las obras de las víctimas». ¿Qué piensa al respecto?

—Eso es mentira. Eso es todo un cuento chino. Ese es el tuttis revolutis del que estoy hablando. Sencillamente, en todas las subastas, todas las obras están consignadas por una persona. Se les llama, se les da el precio, lo aceptan y esa obra se pone en subasta. No hay la menor duda de que no hay nada fuera de lugar; aun cuando yo no sé quiénes son los que están reclamando. Es, sencillamente, crear esa duda, crear ese malestar en el mercado; tratar de crear unas acciones en cascada que ellos quieren cotizar, por supuesto, porque se están poniendo como abogados de ellos. En fin, dinero de por medio. Ellos lo que quieren es dinero. Eso es toda la historia. Es extorsión. Vinieron a extorsionarnos. Ellos ya estaban en la sala esperando a ver cómo se desarrollaba la cosa. Y cuando ya ellos no estaban vinieron a extorsionar pensando que yo iba a caer en la historia. Y yo no caigo. Yo no voy a caer nunca, como no caigo en corrupción. Nosotros hacemos las cosas legales porque yo sigo confiando en la ley y en el espíritu de la ley; y eso es fundamental para nosotros y para nuestra empresa. Y es la justicia por encima de todas las cosas. Cuando me meto en este negocio me formé en el arte y me formé en el arte para ser la mejor. Y creo que lo he logrado. Eso es lo que no perdonan, no perdonan el éxito. Pero eso no ha sido hoy, ha sido toda la vida. Estos son muy temerarios, pero bueno, ante los temerarios nosotros tenemos respuestas. Y las vamos a ejecutar.

—¿Puede adelantarnos sobre cómo procederá el equipo legal que la acompaña?

—Es público y notorio. Porque están los tribunales. Pero no voy a anunciarlo en este momento. Ya ellos saben quiénes son. Y el que quiere investigarlos, ya tenemos acciones en el tribunal. Que lo busquen allí.

Ya habló acerca de las consignaciones, pero ¿cómo es el manejo y devoluciones -en el caso que sea pertinente- de las obras de arte que le son consignadas?

—Nosotros no tenemos la capacidad humana de vender todo lo que nos quieren consignar. Ni yo tengo la capacidad humana ni el mercado existe como para vender todas las cosas que me quieran consignar. Yo de buena fe tomo todo lo que quieran, porque las personas necesitan dinero, y porque yo hago todo mi mejor esfuerzo para que se vendan. Pero el tema de consignar y devolver es absolutamente normal. Se canaliza por ley, nosotros damos una nota de consignación donde están las condiciones. Esa es la persona que para nosotros es la dueña de la pieza, y esa es la persona a quien le pagamos y a quien le devolvemos. No hay ningún misterio, es una cuestión de ley.

—¿Ha visto el comentario del coleccionista Alfonso Pons, quien publicó en Facebook  hace dos días que usted se quedó con una obra de su propiedad, que nunca le fue restituida? Pons señala que usted puso en venta una obra de Alirio Palacios Comadres en el jardín, que le fue robada. ¿Qué tiene que decir al respecto?

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Foto: Facebook

—Alfonso Pons es un buen amigo, además, es una persona que yo respeto y un buen coleccionista, no consignó directamente, sino que lo hizo su abogado. Y su abogado murió. Infinitamente, he hablado con Alfonso Pons y tengo absolutamente todo documentado donde le digo que hable con la familia de su abogado para que venga a retirar la pieza y que se la entreguen. Sencillamente Alfonso Pons no ha hecho el trabajo. No es que yo me he quedado con la obra, sigue siendo de él.

-Nuevamente, un abogado del Grupo Odalys hace una aclaratoria: «Cuando hay derechos de por medio, la persona fallece y hay una sucesión. La ley dice que los bienes pasan a los herederos de esa persona fallecida. Odalys no le puede entregar una pieza a él porque él no aparece dentro de los registros de la galería como propietario que él se hace llamar. Se le ha dicho una y diez mil veces que por favor le diga a los herederos del abogado que vengan y nos den la posibilidad de de ceder cualquier derecho que haya sobre la obra; y este trabajo no se ha hecho y lo tiene que hacer es él. Si no entiende que tenemos que seguir las cuestiones legales como son, nosotros no podemos hacer nada. Y no solamente con él, hay el caso de varios artistas fallecidos que tienen hijos con tres y cuatro mujeres. Que esos hijos tienen derecho por representación propia en herencia de su padre, nosotros no podemos entregarle la obra ni a uno ni a dos, porque la obra no la podemos partir; ni nosotros somos partidores de cuestiones sucesorales. Ellos tienen que ponerse de acuerdo para venir, traer sus documentos legales como es una declaración sucesoral, para nosotros hacer un documento donde diga que le estamos entregando a todos las obras que tenemos en nuestro depósito; unas que nunca salen después de que finiquita el mandato con la muerte. Nosotros nunca hemos subastado obras de nadie», dijo.

—Con respecto a su relación con la Fundación de Museos Nacionales que antes mencionó, además de su vinculación con el gobernador Lacava como jurado del Salón Michelena, ¿cómo ha sido para usted tender puentes con la Fundación Museos Nacionales? Una institución que no se relaciona sino con artistas y organizaciones afectas al chavismo.

—En la primera conversación que yo tuve con ellos cada uno fijó su posición política, que son diferentes. Pero nosotros no nos quedamos en eso. Saltamos esa situación y pasamos por encima de esto en beneficio del arte venezolano. Nosotros tenemos un acuerdo macro muy importante que es el rescate, la digitalización de todo el archivo documental del arte venezolano. Lo estoy pagando yo. ¿Y por qué lo estoy pagando? Porque yo siento que una gotera que puede pasar, porque claramente puede haber un problema en este y en cualquier gobierno, puede quebrar con una continuidad en la historia del arte venezolano. Y porque tenemos todos que apoyarlo porque todos somos venezolanos. Juntos. Sin distinción política. Yo no hablo de política, yo hablo de arte solamente. Me siento muy honrada porque fui solicitada para ser jurado del salón Michelena. Y hemos trabajado en una forma apolítica total y con el mejor espíritu de que todo salga en el mejor sentido. Ha sido exitosísimo. No conozco al gobernador Lacava, me gustaría -como a todos- que nos conozcamos. Pero yo no voy a ir con un fin económico, voy a ir con un fin filantrópico. Porque realmente al día de hoy le dedico mucho más tiempo a las cosas en las que no gano dinero. Nosotros hemos hecho con la Fundación Museos Nacionales, además del archivo documental, una exposición que rompió el celofán para que la gente entienda y sepa que los museos son de todos. Que tenemos que ir. El primero fue El valor de coleccionar, el segundo fue Luis Alfredo López Méndez, un hombre más allá de su tiempo, la tercera fue Bogen, que es la que tenemos en este momento. Pero no solo eso, sino que además estamos patrocinando la exposición de Soto Centenario y la exposición de Cruz-Diez centenario. Quiero decir con esto que para mí, y para ellos, los museos son de todos. ¿Con esto que estamos haciendo? Promocionando el arte venezolano. Diciéndole a todos ‘miren, los museos están abiertos. Vengan’. Cuando hice el primer conversatorio, me preguntaron ‘cómo hiciste para llegar aquí’. Parecía una cosa difícil. ¿Sabes cuál fue mi respuesta? Y la voy a decir ahora de nuevo: toqué la puerta, me la abrieron. Conversamos y se hizo. No hay ningún misterio. Ni les vendo ni me compran, tampoco ellos me están pagando o yo a ellos. Eso no existe. Y Lacava no me conoce. Yo no le he visto la cara nunca. Todos son mitos urbanos. Cada persona juzga por lo que es. Yo siempre he canalizado en positivo todas estas cosas; todas estas críticas porque me parecen buenas para mejorar. Soy una persona normal que se dedica a hacer su trabajo; muy consciente y muy creativa, muy correcta muy honesta, y además voy hasta el final. Yo no dejo las cosas a medio camino. Ayer me dieron una gran idea: voy a contar a la gente mis historias con cada uno de ellos, con cada uno de los que escriben mi historia. Con Pons, con el Príncipe Negro; mi historia con Abigail Varela, mi historia con Harry Abend. Las puedo contar porque son parte de mi biografía.

—¿Es decir que sí conoce algunos nombres de las personas que la están acusando?

—Algo me cuentan. No me lo han querido dejar leer porque me imagino que es sanguinario. Y están protegiendo mi tensión. Pero no importa, yo más o menos me puedo imaginar quiénes son por lo que me van soltando; y por entrevistas que me van haciendo.

—¿Se trata de un ataque personal?

—Sí es un ataque personal. Pero un ataque no solamente personal, va dirigido a mi grupo y a mi empresa porque lo que quieren es, de una forma rápida, quitarme del camino. Cosa que no van a lograr.

—¿Es la competencia?

—No. Porque la competencia es firme. Recibí unas palabras de apoyo de Juan Pablo Muci, de Alejandro Freites. En fin, la competencia es esa. Ahí sí estamos de tú a tú. Somos vendedores de arte y nos vemos en ese medio. Esto no es una competencia, estos son unas personas inescrupulosas que no son del medio, que no saben nada de esto y que lo que van a hacer es un gran daño al arte venezolano. Pero no lo van a hacer por mí, porque yo lo voy a impedir.

—¿Cuál considera que ha sido su aporte al mercado del arte venezolano?

—Desde hace 31 años, cuando empezó la primera crisis de la caída de los bancos, apareció Odalys. En ese momento, el mercado del arte cayó completamente porque todos vendíamos a los bancos. Y al caer los bancos, se acabaron los compradores particulares. ¿Cuál es mi aporte? Haber levantado el mercado. Yo creé un coleccionismo privado que hoy día sigue manteniendo; y además el que ha protegido las colecciones que los museos no han comprado por falta presupuesto no desde hace 20 años, sino desde hace más de 40 años. Yo soy de oposición, en eso soy pública y notoria. Pero no soy fanática de nadie. Yo sé reconocer cuando una persona lo hace bien y cuando lo hace mal. Además, busco canales de convergencia. Tenemos que protegernos todos, tenemos que proteger nuestro patrimonio y nuestro país. Porque es nuestro. ¿Cuál fue mi aporte? Respaldar, reconocer. Nosotros tenemos en este momento el encargo, dicho por el maestro y firmado en documentos en un gran contrato, la restauración de toda la obra monumental del maestro Cruz-Diez, de la obra monumental de Vasarely que está en Venezuela, de Mateo Manaure, de un conjunto de artistas. Nosotros estamos trabajando todos los días para que el mercado del arte de Venezuela sea mejor, para que los artistas estén mejor. Lo que pasa es que yo no agacho la pierna por los precios. El mercado mismo marca los precios y  son especulativos para muchas personas y para muchos artistas. Hay que convencerlos de que si no se someten a las leyes del mercado, no van a poder levantarse. Esa es una realidad en este mundo y en todo el mundo civilizado. Yo no me guío por patrones locales. Yo adapté los patrones internacionales al mercado local y al gusto local. Digamos que lo tropicalicé. Estoy haciendo lo que se hace en todas partes del mundo.

—Comentarios en el propio mercado señalan que ha habido inconsistencias en sus maneras de proceder en cuanto a restitución. También, en cuanto a la venta de obras que han resultado ser falsas.

—No, nada qué ver. De hecho, por muchos años, los críticos de arte ha estado revisando todo. Pero este es un mercado público. Significa que las piezas se exhiben, se catalogan; la gente las ve todo lo que quieran. ¿Que se puede colar alguna vez alguna obra falsa? Claro. Eso pasa en todos los mercados, en todas las casas de subasta. Y cuando pasa eso ¿qué hace la casa de subasta? Responde. Si la obra no está vendida, la notifica al Instituto de Patrimonio Cultural, a quienes nosotros asesoramos porque ellos se guían por nosotros para la salida de obras de Venezuela, luego informamos a los museos, al público y además guardamos una base de datos de obra falsa cuando la detectamos. Cuando la hemos vendido, nosotros devolvemos el dinero. Todos los clientes saben que nosotros respondemos por todas las obras que vendemos. ¿Y qué hacemos a continuación? Llamamos al dueño de la pieza y le decimos ‘si te hemos pagado, devuélveme el dinero o págame con otra obra’.

El abogado Juan Luis González ofreció un último comentario.

— Es un despropósito que las operaciones de una empresa sean paralizadas completamente por la queja de una, dos o tres personas. Entendemos que son tres, según los que hemos indagado. Hasta ahora no sabemos quiénes son. Pero si Dios permite, pronto tendremos esta información completa y podemos aclarar todo lo que haya que aclarar. Generalmente son personas que no han querido cumplir con sus obligaciones con respecto a la galería, o por lo menos justificar la titularidad de las obras ante la galería; ni siquiera con las notas de consignación. Y, evidentemente, cubrir el importe de los gastos que generó la puesta en el mercado de sus obras es su obligación. Eso es un compromiso que ellos asumieron ante la casa de subasta. Aquí no se ha cometido ningún delito. Nadie está engañando a nadie. Las cartas están sobre la mesa, ellos saben qué quieren y nosotros lo sabemos. Podemos discutir, sentarnos como entes civilizados. Pero si quieren abusar, no se puede consentir en lo que ellos quieran.

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