Las dificultades para conseguir combustible subsidiado están golpeando al sector del transporte pesado. Muchos gandoleros se ven obligados a comprar gasoil a precio internacional o bachaqueado para poder trabajar, aumentando el precio de los fletes.
«Es muy poco el subsidio que tenemos por parte del Estado, por la huella nos asignan son 40 litros y eso no nos alcanza, con eso podríamos ir a San Felipe, pero sin desvío, una sola recta y ya. Para hacer los viajes tenemos que comprar a precio internacional», dijo Darío Peña, conductor.
Comprar combustible a precio internacional o «bachaqueado» repercute en el costo de los fletes, porque este era un gasto que antes no contemplaban para viajar.
«Hay un incremento considerable en el valor de los fletes, porque el combustible no se está consiguiendo, es muy poco el que hay a precio internacional, por lo que a veces por compromisos tenemos que comprarlo bachaqueado, ese lo revenden a 1 dólar por litro», denunció Víctor Colmenares, quien tiene una organización de transporte de carga pesada.
Los conductores explicaron que los fletes más económicos son los que se hacen dentro de la ciudad, los cuales actualmente tienen un costo de 100 dólares cuando antes valían entre 60 y 80, mientras que para un viaje corto que sería hacia la ciudad de San Felipe se deben disponer de 180 dólares, cuando antes eran 150.
Subir el costo de los fletes no sólo afecta a los clientes, sino también a los conductores, pues aseguran que tienen menos viajes por el precio.
Los transportistas piden al Gobierno nacional que así como fue «liberada» la huella para los transportistas urbanos y suburbanos ocurra con los de carga pesada para poder trabajar, porque en su mayoría trasladan alimentos y medicinas.