Venezuela es conocida por su enorme riqueza en petróleo, teniendo las primeras reservas certificadas del mundo, por encima de los 300 mil millones de barriles, lo que a los precios actuales del mercado equivale a 25 billones de dólares. Igual de impresionante es su riqueza en gas natural, con aproximadamente 200 billones de pies cúbicos de gas, que calculada a precios actuales del mercado representan una cifra de más de 4 billones de dólares.
Ocupamos el séptimo lugar en términos de reservas de gas, precedidos por Rusia, Irán, Qatar, Turkmenistán, Estados Unidos, Arabia Saudita y seguidos por Emiratos Árabes Unidos y Nigeria. Estas reservas representan 79,3% de todas las reservas de gas en América Latina y 27,2% de las reservas totales de gas en las Américas.
Sin embargo, a pesar de las enormes reservas, la producción actual de gas en Venezuela es baja, rondando los 2 mil millones de pies cúbicos por día. Esta cifra refleja una marcada caída en los últimos años.
Según el Ministerio de Energía y Petróleo de Venezuela, el estado de Zulia, Falcón y la Faja del Orinoco actualmente queman alrededor de 1.200 millones de pies cúbicos de gas al día. Más allá de la contaminación ambiental que esto significa, el “gas de quema” bien podría ser usado para suplir las necesidades locales de gas doméstico e industrial, así como aquel requerido para la explotación petrolera y la industria petroquímica.
Otra alternativa para el gas quemado es la licuefacción para convertirlo en gas natural licuado (GNL) que resulta más fácil de transportar y que puede exportarse a otros países para usarlo como combustible, lo que bien podría generar ingresos adicionales para Venezuela.
Además, el gas natural puede utilizarse como combustible en plantas de generación eléctrica, lo que ayudaría a diversificar la matriz de generación energética del país.
Las principales cuencas productoras de gas en Venezuela incluyen la cuenca oriental, la Faja del Orinoco y la región de Maracaibo. La extracción se realiza principalmente en el estado Monagas, al oriente del país, donde se ubican plantas especializadas para dicha labor. Desde allí, el gas es transportado a la Planta de Fraccionamiento y Despacho San José, en Anzoátegui, donde sufre procesos de separación para obtener butano, etano, metano y propano.
Entre los desafíos más apremiantes que enfrenta la producción de gas en Venezuela se encuentran las fluctuaciones de los precios del gas tanto a nivel nacional como internacional, así como el tamaño relativamente pequeño del mercado local.
En 2020, el consumo de gas del país fue de alrededor de 1.500 millones de pies cúbicos por día, y la mayor parte se utilizó en los sectores industrial y de transporte. La falta de infraestructura adecuada y las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos han tenido un impacto negativo en la capacidad de producción y exportación y en el desarrollo del sector gasífero venezolano.
Es importante resaltar que el uso del gas requiere inversión en infraestructura y tecnología. Además, es necesario contar con políticas y regulaciones adecuadas para promover su uso eficiente y sostenible.
La Asociación Venezolana de Productores de Gas (AVPG) estima que se requiere una inversión de entre $18.000 y $20.000 millones para lograr un incremento significativo en la producción de gas natural. Su objetivo es alcanzar una producción de 10.500 millones de pies cúbicos por día durante el periodo comprendido entre 2023 a 2030.
En línea con esta proyección, la AVPG estima que, con la inversión requerida y el cumplimiento de otras condiciones en el corto y mediano plazo, en el año 2030 se destinarían al menos 5.000 millones de pies cúbicos por día a la producción de petróleo, mientras que 3.500 millones se destinarán a consumo interno y 2.000 millones para exportaciones.
Lejos de toda visión catastrófica, Venezuela mantiene una sólida infraestructura de procesamiento y distribución de gas en su territorio a través de plantas compresoras y gaseoductos ubicados a lo largo de las regiones Oriente, Centro, Centro-occidental y Occidente.
Nuestro país ha jugado un papel clave en la exportación de gas a naciones vecinas como Colombia y Trinidad y Tobago. El Gasoducto Zulia-Norte ha sido una ruta crucial para el transporte de recursos desde el Zulia a la costa colombiana. Si bien la dinámica comercial entre estos países ha sido entorpecida por factores políticos y económicos desde finales del año pasado se restableció la posibilidad de enviar gas a Colombia a través de la red de ductos existente.
Por otra parte, en la región oriental de Venezuela, diversos gasoductos han sido fundamentales para enviar gas a Trinidad y Tobago, país líder en la producción de gas natural licuado (GNL). Recientemente, se retomaron las negociaciones entre Venezuela y Trinidad para la exportación de gas, luego de interrupciones por sanciones y otros factores geopolíticos.
Además, se han identificado oportunidades para procesar gas venezolano en instalaciones de Trinidad y Tobago, aprovechando la infraestructura existente. Sin embargo, para que estas exportaciones sean exitosas, es necesario abordar la capacidad de transportar gas a través del desarrollo de los tramos de gasoductos transoceánicos todavía por desarrollar.
Como podemos ver, el sector del gas en Venezuela ofrece enormes oportunidades. Vocación, esfuerzo y la conciencia de todos es necesaria para desarrollar el enorme potencial que en este sector tiene nuestro país.
Oscar Doval | @OscarDoval_
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