El Gobierno de Argentina decreta este lunes la emergencia ferroviaria en el país, tras recibir un informe de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte a finales de abril pasado.
El portavoz presidencial, Manuel Adorni, anunció este lunes la medida del Gobierno que preside Jav
Adorni aseguró que este decreto «nada tiene que ver» con el choque de trenes ocurrido el pasado viernes en Buenos Aires, en el que resultaron heridas 60 personas.
«Entendemos que hubo un error humano, pero estamos esperando que la Justicia avance, somos respetuosos con esto», aseguró el portavoz presidencial al ser preguntado por los motivos detrás del accidente, para el que se analizan «múltiples hipótesis», entre ellas el robo de cables y el mal estado de mantenimiento de la red.
El portavoz del Gobierno del país suramericano se refirió a la situación de la red ferroviaria argentina, en particular durante la Presidencia del peronista Alberto Fernández (2019-2023), predecesor de Milei en la Casa Rosada.
«La red ferroviaria estaba absolutamente devastada», dijo el portavoz, que criticó el empleo de fondos del anterior Ejecutivo argentino en materia ferroviaria.
«El 10 de diciembre nos encontramos, en trenes, con una deuda de más de 100 millones de dólares y con que se ponía más énfasis en pintar un mural en alguna estación que, efectivamente, en aportar al mantenimiento y al buen funcionamiento del sistema», aseguró Adorni.
La emergencia ferroviaria ya se había declarado en 2002 en Argentina, durante la Presidencia del también peronista Eduardo Duhalde (2002-2003).
Estuvo vigente durante varios años y, con ella, se dio marcha atrás a varias medidas tarifarias y de gestión de la red ferroviaria argentina puestas en funcionamiento durante la Presidencia de Fernando de la Rúa (1999-2001), de la Unión Cívica Radical (centro).
Las condiciones de la red ferroviaria en Argentina han sido duramente criticadas por el principal sindicato de conductores de trenes del país, La Fraternidad.
Su secretario, Omar Maturano, se refirió en los últimos días a la «degradación» y a la «falta de seguridad» a la que se enfrentan los ferrocarriles del país.