El presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, ha convocado este fin de semana una movilización en la calle para ir casa por casa y barrio por barrio con el fin de presionar e intensificar la protesta ciudadana contra el régimen de Nicolás Maduro. El cerco social sobre al régimen forma parte de la estrategia que ha lanzado Guaidó y su equipo en esta nueva etapa de la lucha que se ha propuesto el líder de la oposición y el Frente Amplio, bajo la consigna de «Encuentro de la fuerza para ganar» en la denominada Operación Libertad.
«Estamos unidos, tenemos la fuerza para ganar y salir de este régimen», dijo esta semana en un encuentro con 1.500 dirigentes municipales y 10.000 activistas de los Comités de Ayuda y Libertad en los preparativos para organizar la movilización de este fin de semana. Pese al período de vacaciones escolares, «este sábado y domingo nos vamos para la calle al encuentro del ciudadano. Vayamos casa por casa, barrio por barrio. Hay que agitar este país por los cuatro costados», recalcó.
La movilización social opositora tendrá lugar en los 24 estados del país mientras el régimen de Maduro continúa su campaña denominada «no más Trump», en la que recolecta firmas para rechazar las sanciones económicas de EE.UU. Maduro asegura que ha recolectado unos cinco millones de firmas pero no hay manera de verificar esa cifra. A los militares les ha obligado a firmar las planillas so pena de llevarlos a prisión. También ha coaccionado a los beneficiarios de la bolsa de alimentos, Clap (Comités locales de administración y producción), con dejar de percibir la ayuda si no firman las planillas «antitrump» (a pesar de que no reciben la bolsa desde hace ya dos meses).
La protesta casa por casa se enfrenta a la agudización de la crisis. La cotización del dólar se disparó en menos de una semana de 13.000 a 16.500 bolívares. Y el precio de la canasta alimentaria familiar aumentó también a 3,2 millones de bolívares mientras el salario mínimo cayó hasta los 2,5 dólares. Según Cendas (Centro de Estudios de Desarrollo) se requieren de 81 salarios básicos para cubrir las necesidades básicas de una familia de cinco personas.
El país no recibirá este año más de 7.000 millones de dólares por ingresos de exportación petrolera cuando hace seis años recibía normalmente unos 40.000, según el exministro Rafael Ramírez. La situación política se encuentra estancada después de que Maduro suspendiera hace dos semanas las conversaciones que sostenía con la oposición desde mayo en Oslo y luego en Barbados bajo los auspicios de Noruega.
Esta semana Maduro confirmó que había mantenido contactos secretos unilaterales con las autoridades de Washington en los que buscó el levantamiento de las sanciones. Estos encuentros fueron ratificados por John Bolton, asesor de Seguridad Nacional del gobierno de Trump, pero aclaró que sin la salida de Maduro continuarán las sanciones. Guaidó reconoció que tenía conocimiento de estas conversaciones pero que formaban parte de la estrategia de presionar para cercar a Maduro.