A su corta edad, Luis Pineda puede relatar su experiencia como migrante con un nivel de madurez sorprendente, no obstante, su inocencia propia de los 10 años sale a relucir de vez en cuando. Este menor de edad llegó a El Paso, Texas procedente de Venezuela y contó a VOA todo lo que sufrió para entrar a Estados Unidos con su familia.
«Esta experiencia fue divertida y a veces dolorosa por los chinches. Voy a conocer muchas cosas acá en Estados Unidos», comentó.
Pineda afirma no tenerles rabia a los estadounidenses, pero recalca que a veces «se la ponen difícil».
«Hay gente que dura más de dos meses en la selva, muchos han muerto», comentó.
Con una elocuencia de un adulto, Luis confiesa sentir tristeza por el sufrimiento de su madre.
«Ella se quebranta mucho, llora mucho. Me da sentimiento».
Sin embargo, no pierde las esperanzas de tener una mejor vida y disfrutar su niñez.
«Voy a tener un millón de legos… soy un niño mental».