Un total de 1.541 situaciones directamente relacionadas con muertes, abuso, violaciones a la integridad y los derechos de los niños, niñas y adolescentes (NNA) fueron registradas entre diciembre de 2022 y julio de 2023, en Venezuela. Así fue revelado en el informe Somos Noticia, capítulo Violencia, presentado recientemente por la Red por los Derechos Humanos de los Niños, Niñas y Adolescentes (Redhnna) junto a Cecodap.
Según los datos registrados, las situaciones de violencia contra la niñez y la adolescencia equivalen a un promedio diario de seis niños, niñas y adolescentes perjudicados.
“Pero todas estas estadísticas, pese a ser impresionantes, no describen la realidad de la situación. La mayor parte de la violencia contra niños, niñas y adolescentes es totalmente invisible, simplemente no existe en estadísticas nacionales o internacionales. La historia de la violencia contra los niños es una historia del silencio”, señaló el brasileño Sergio Pinheiro, responsable del Estudio Mundial de la Violencia contra Niños, Niñas y Adolescentes en el 2006.
La violencia es un fenómeno multidimensional. Desde la década de los 90, Cecodap se ha esforzado en registrar las diferentes manifestaciones de este fenómeno y cómo afectan a la niñez y adolescencia constatando con impotencia cómo fueron progresando indeteniblemente.
En el caso venezolano específicamente uno de los obstáculos más relevantes que se observa para el tratamiento de la violencia contra los niños, niñas y adolescentes es su invisibilización y en ciertos casos normalización, contribuyendo –en algunas oportunidades de manera más advertida que otras– a la consolidación de dinámicas sociales cotidianas y formas de relacionamiento hacia los niños, niñas y jóvenes, signadas por la violencia.
La Redhnna y Cecodap enfatizaron en que lasviolaciones a la integridad personal de los niños, niñas y adolescentes, descritas en el informe, tienen como principal factor la negligencia por parte de los cuidadores, el Estado y la comunidad para prevenir y denunciar los hechos.
Muertes de niños, niñas y adolescentes
Las fallas en hospitales públicos por falta de insumos o medicamentos, así como situaciones de abuso sexual, trato cruel, maltrato infantil, sumado a la delincuencia, acabaron con la vida de 326 niños, niñas y adolescentes en el país, se recoge en el informe
Las muertes que ocurrieron por la precariedad dentro de los hospitales por la falta de insumos, así como por la ausencia del personal médico especializado, se totalizaron en 116 niños, niñas y adolescentes fallecidos. En el informe se destacó que dicho número es apenas un aproximado de la situación real del país, debido a la falta de información oficial.
En total se registraron 40 homicidios de niños, niñas y adolescentes. En 71,1% de los casos la víctima muere por disparos en medio de robo, enfrentamiento o discusión. En 85% de los casos registrados no fueron identificados los agresores.
24 niñas, niñas y adolescentes murieron a manos de sus madres, padres u otros familiares, luego de ser víctimas de tratos crueles e inhumanos. Del total, 15 de los hechos tuvieron como principales victimarios a las madres, mientras que en siete de los casos fueron el padre o padrastro.
Violencia de género y suicidios
El informe también pone de manifiesto otras formas de violencia, como suicidios, feminicidios y abuso sexual que siguen afectando profundamente a los NNA. Se registraron 14 casos de suicidio y 13 feminicidios en los meses del monitoreo, así como cuatro muertes atribuidas a actuaciones policiales y dos casos de violencia escolar.
La ausencia de programas efectivos para la prevención del suicidio entre las distintas instituciones que conforman el sistema de protección, arroja una sombra aún más oscura sobre la capacidad de la sociedad, y del Estado, para brindar apoyo emocional y opciones de refugio a quienes enfrentan conflictos familiares y emocionales.
“La violencia alimenta la violencia; en épocas posteriores de sus vidas, los niños y niñas que han sido víctimas de la violencia tienen más posibilidades de ser ellos mismos víctimas o autores de actos violentos. La violencia perpetúa la pobreza, el analfabetismo y la mortalidad temprana. Las cicatrices físicas, emocionales y psicológicas de la violencia roban al niño o la niña de la posibilidad de alcanzar su pleno potencial”, añade el estudio de Pinheiro.
Fernando Pereira | @cecodap | @fernanpereirav
***
Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.