De cara a una nueva ronda de negociación, el régimen de Maduro y la Plataforma Unitaria han enviado al país señales de garantía de fiel cumplimiento, expresa el politólogo John Magdaleno, quien enfatiza que eso no significa que los acuerdos estén asegurados. Phil Gunson, investigador para Crisis Group, llama la atención sobre las fallas de comunicación entre el gobierno de Estados Unidos y sus aliados de la oposición. El hecho de que la dictadura de Maduro le convenga volver en este momento a la negociación en México, no significa que del otro lado de la mesa habrá una oposición fortalecida.
La vuelta al proceso de negociación entre el gobierno de Nicolás Maduro y la Plataforma Unitaria parece inminente, sobre todo luego de los anuncios estandarizados de los jefes de las delegaciones, Jorge Rodríguez y Gerardo Blyde, respectivamente, sobre un encuentro celebrado el 17 de mayo.
«En reunión de trabajo para planes a futuro, en el rescate del espíritu de México», escribieron los representantes del oficialismo y la oposición, en un post que fue acompañado de una imagen de la reunión.
El anuncio de las gestiones de cara a la negociación está enmarcado por la crisis Ucrania-Rusia y precedido de meses en los que la oposición llamó a volver a México tras la pausa unilateral del gobierno por la extradición del empresario Alex Saab (octubre 2021), el encuentro de Maduro con funcionarios del gobierno de Estados Unidos y los anuncios de Jorge Rodríguez sobre el «reformateo» del diálogo, en marzo de 2022; así como las consultas de la Plataforma Unitaria con diversos sectores y el conclave opositor de Panamá, en este mes de mayo, y un intenso lobby para asegurar el retorno al mecanismo que se ha desarrollado bajo la mediación de Noruega.
En este momento, la situación de la oposición y del régimen no es similar a la de agosto del año pasado, cuando inició esta negociación. Ambos actores volverán a la mesa en medio de las acciones desplegadas por el gobierno de Joe Biden que tiene un interés particular en el proceso.
El politólogo John Magdaleno, director de la Consultora Polity, expresa que las publicaciones de Jorge Rodríguez, también presidente de la Asamblea Nacional (AN) oficialista, y de Gerardo Blyde revelan que hay un clima favorable para el retorno a la negociación, tras lo cual, enfatiza, hay un tejido de varios meses.
No pierde de vista que hubo un acuerdo entre las partes para comunicar el reciente encuentro, con lo cual, las conversaciones están avanzadas, lo cual no garantiza que haya acuerdos futuros.
«Es una señal muy clara de garantía de fiel cumplimiento que se pone en marcha, son señales de buena voluntad para retomar las negociaciones. Pero, bueno, vamos a ver qué sucede», acota Magdaleno.
Por su parte, Phil Gunson, investigador y analista político para Crisis Group, llama la atención sobre el hecho de que, tras la publicación de los jefes de las delegaciones en la negociación, Jorge Rodríguez insistiera en la exigencia del régimen de incorporar al empresario Alex Saab a la mesa en México lo cual, subraya, no se ve como posible.
«Hemos insistido en la crucial importancia que tiene el desarrollo de los temas sociales que son del interés principal de nuestro pueblo. Nuestro hermano Alex Saab, secuestrado desde hace 704 días, es miembro pleno de la delegación de Venezuela y es nuestro delegado», escribió Rodríguez el 17 de mayo.
Sobre el mensaje de Rodríguez en Twitter, Phil Gunson razona que, en el fondo, el proceder del delegado oficialista tiene que ver con los incentivos y con la interrogante de hasta qué punto el gobierno de Maduro tiene motivos reales para empezar a hacer las concesiones necesarias.
Ruido en la negociación
El investigador para Crisis Group refiere su preocupación sobre que el regreso a México sea visto como un fin en sí mismo, «que EEUU necesite que las partes regresen a México para empezar el proceso de flexibililización de las sanciones a cambio del progreso, pero que no han puesto mucho énfasis en la necesidad de que esto se arregle de alguna manera, de antemano. Una cosa es sentarse en la mesa, pero si se van a sentar en la mesa de la misma manera en que se sentaron entre agosto y octubre del año pasado, no vamos a ver progreso».
Asimismo, Phil Gunson dice que, por alguna razón que no termina de entender, la administración Biden tiene muchas dificultades para establecer y mantener la narrativa sobre lo que está haciendo.
«Creo tiene que ver, en parte, con su capacidad comunicativa. Tienen un extraño hábito de empezar a filtrar información, luego dar versiones, a veces contradictorias, de lo que están haciendo para, finalmente, tratar de enmendar todo para sacar información oficial del asunto», subraya Gunson.
Puntualiza que sería mejor si el gobierno norteamericano empezara a ser mucho más transparente y expresara, claramente, cuáles son los alcances de lo que están proponiendo y cuáles son las líneas rojas. Añade que, cara a lo que sería una nueva fase de negociación, todos los actores manejan la narrativa a su conveniencia y cada uno tiene su interpretación de lo que está pasando, lo cual calificó como «caótico» y trae más ruidos sobre el proceso.
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