A lo largo de la historia han surgido diferentes teorías en torno a lo que será el fin del mundo. Desde diferentes perspectivas se ha construido una realidad futura de la extinción de la vida humana; sin embargo, la llegada de la tecnología ha abierto la puerta a un sin fin de posibilidades que podrían ocurrir.
Por Infobae
Internet se ha convertido en la plataforma perfecta para que miles de curiosos encuentren una respuesta cercana a las fechas e hitos que provocarán un colapso en la tierra; no obstante, la llegada de la inteligencia artificial (IA) se ha vuelto mucho más cercana a las dudas que los seres humanos tienen sobre la misma.
A través de redes sociales ha empezado a circular la respuesta que entregó chatGPT a un usuario que ingresó al chat de la plataforma y le pidió que mostrara cómo acabaría el mundo si esto ocurriera en el año 2023. El robot presentó cuatro posibles teorías:
– Detonación de una bomba atómica: las bombas termonucleares son las armas más destructivas de la historia, siendo más poderosas que las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki. La explosión de un artefacto como este, provocaría que miles de personas perdieran la vida y que quienes quedaran vivos se vieran afectados por la radiación.
– Explosiones volcánicas: en caso de que llegaran a explotar varios volcanes y que esto se diera de manera continua y prolongada, se producirían grandes cantidades de cenizas y gases que perjudicarían la atmósfera. La IA advierte que un desastre como este generaría grandes cantidades de humo que disminuirían la cantidad de energía que el sol proporciona al mundo.
– Calentamiento global: la extinción de la vida humana se daría de manera lenta por el impacto en el cambio climático, esto debido a que las temperaturas se reducirían hasta tal grado de provocar un caos mundial, lo que afectaría la producción de alimentos, el acceso a los recursos naturales y la alteración de la salud en la vida humana.
A pesar de que todas las teorías de la IA parecen lejanas, el chat se refiere en repetidas ocasiones a la pérdida de vidas humanas por la radiación que generaría la explosión de una bomba que detona por cuenta de una guerra mundial con armas nucleares, hecho que se le atribuye a la actual situación entre Rusia y Ucrania.
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