Una investigación conjunta de varios medios alemanes afirmó hoy que las pesquisas realizadas de las autoridades alemanas sobre el sabotaje de los gaseoductos Nord Stream han hallado huellas que conducen a Ucrania, el mismo día que el diario «The New York Times» publicó informaciones similares.
Los investigadores alemanes han logrado reconstruir cómo se realizó la voladura y han identificado una embarcación supuestamente empleada en la operación, alquilada por una empresa con sede en Polonia propiedad de dos ciudadanos ucranianos, de acuerdo con dichos medios, que incluyen la cadena pública «ARD».
Según esta versión, la colocación de los explosivos fue realizada por un equipo de seis personas, compuesto por un capitán, dos buzos, dos asistentes de buceo y una doctora, cuyas nacionalidades no han sido esclarecidas, pues usaron pasaportes falsos para alquilar la embarcación.
Siembre según estas fuentes, este equipo se hizo a la mar el 6 de septiembre desde el puerto alemán de Rostock (norte) y la embarcación pudo ser localizada al día siguiente en la península de Darss (al noreste) y más adelante en la isla danesa de Christianso.
En una de las mesas del yate, que fue devuelto a la empresa propietaria sin ser limpiado, los investigadores habrían encontrado huellas de explosivos.
Según fuentes de los servicios de seguridad de varios países europeos consultadas por dichos medios alemanes, poco después del atentado, en septiembre, un servicio secreto occidental ya informó a países aliados de que el responsable de la destrucción era «un comando ucraniano».
Más tarde aparecieron otros indicios en este sentido, aunque por el momento no hay pruebas sobre la autoría intelectual o sobre quién ordenó la destrucción de los gaseoductos, señaló la investigación de «ARD».
Es por ello que en los círculos de los servicios de seguridad internacionales no se excluye que se pueda tratar de una «operación de falsa bandera», es decir, que el perpetrador haya creado de forma deliberada pistas que apunten hacia Ucrania como culpable.
El diario «The New York Times» citó hoy a fuentes de la inteligencia estadounidense que afirman que hay pruebas que apuntan a un grupo pro-ucraniano, aunque al mismo tiempo subrayan que no hay indicios de que el Gobierno de Kiev estuviese al corriente o aprobase la operación.
Los gaseoductos Nord Stream 1 y 2 no transportaban gas cuando fueron volados, ya que Rusia había interrumpido el flujo de gas a través del primero a lo largo del verano, oficialmente por problemas técnicos, mientras que el segundo nunca había llegado a entrar en funcionamiento.
Los países ribereños del Báltico han afirmado todos que se trató de un sabotaje deliberado, pero de momento no se ha producido ninguna declaración oficial sobre los resultados de las investigaciones.