Las autoridades japonesas allanaron la casa donde se encontraba el fugitivo ejecutivo automotriz Carlos Ghosn antes de escapar a Líbano a principios de esta semana, posiblemente a través de Turquía.
Los medios japoneses informaron que los fiscales del distrito de Tokio ingresaron a la propiedad el jueves. TV Asahi, filial de CNN, también informó que los fiscales estaban trabajando con la policía para acceder al video de vigilancia en su casa como parte de su investigación.
Ghosn, expresidente de Nissan y Mitsubishi Motors, y expresidente y director ejecutivo de su socio de la alianza, Renault, esperaba un juicio en Japón por cargos de irregularidades financieras, incluidas las acusaciones de que subestimó sus ingresos durante años y desvió US$ 5 millones de dólares del dinero de Nissan a un concesionario de automóviles que él controlaba. Fue destituido de sus cargos en Nissan y Mitsubishi Motors después de su arresto en noviembre de 2018, y luego renunció a Renault.
Como condición para ser puesto en libertad bajo fianza, se requirió que Ghosn se quedara en Japón. Pero su caso dio un giro total a principios de esta semana después de que Ghosn revelara que había huido de Japón hacia Líbano para escapar de lo que llamó un sistema de justicia “manipulado”.
Periodistas esperan afuera de la residencia del expresidente de Nissan, Carlos Ghosn, antes de una redada en Tokio el jueves 2 de enero de 2020.
Todavía no está claro cómo Ghosn, quien es ciudadano de Francia, Brasil y Líbano, pudo escapar de Japón. Reuters y el diario Financial Times informaron que una compañía de seguridad privada lo sacó de Tokio de contrabando, un complot que las organizaciones de medios dicen que llevó meses preparar.
El gobernador de Estambul dijo en un comunicado el jueves que la policía turca detuvo a siete personas en relación con una investigación sobre el “escape ilegal” de Ghosn de Japón. La agencia de noticias Anadolu dijo que Ghosn viajó a través del aeropuerto Ataturk de la ciudad. La policía detuvo a cuatro pilotos de una aerolínea privada, un gerente de la compañía y dos empleados de tierra a pedido del fiscal de Estambul, según el comunicado de la oficina del gobernador.
El rastreador de vuelos Flightradar24 mostró que un avión privado volaba desde Osaka, Japón, a Estambul y luego otro que continuaba hacia Líbano en el momento en que se dice que Ghosn llegó al país.
CNN Business no ha podido verificar las circunstancias detrás de su partida, y Ghosn no dio más detalles sobre su fuga en su declaración pública a principios de esta semana.
El ministerio de justicia de Japón, la oficina del fiscal de Tokio y el tribunal de distrito de la ciudad no han respondido a las solicitudes de CNN Business esta semana para comentar sobre la fuga de Ghosn. Las oficinas gubernamentales están cerradas esta semana por el feriado de Año Nuevo.
Carlos Ghosn. (AP Photo/Eugene Hoshiko, File)
Expertos legales y analistas políticos dicen que Japón probablemente está tratando de averiguar si Ghosn violó la ley de inmigración cuando dejó el país, y no es que haya muchas posibilidades de obligarlo a regresar.
Los fiscales en Tokio ahora probablemente están revisando los movimientos de Ghosn a través de Japón, recolectando imágenes de vigilancia y buscando posibles colaboradores, dijo Nobuo Gohara, un antiguo fiscal que ahora dirige una oficina legal y de cumplimiento en Japón.
Gohara agregó que el juicio de Ghosn casi seguro será cancelado. La pregunta más importante, dijo, es cómo responderán las autoridades japonesas a los ataques de Ghosn contra ellos, ahora que puede hablar libremente sobre su detención.
Ghosn ha negado repetidamente los cargos en su contra, y afirmó que su arresto era parte de un complot para sacarlo del imperio automotriz que construyó. En su declaración de esta semana, dijo que “ya no sería rehén de un sistema de justicia japonés manipulado donde se presume la culpa, la discriminación es rampante y se niegan los derechos humanos básicos”.
Japón no puede obligar a Líbano a enviar a Ghosn de regreso, dijo Keith Henry, fundador y director representante de Asia Strategy, una firma de investigación y política con sede en Tokio. Los dos países no tienen acuerdo de extradición.
“Es un problema mayor para [el primer ministro de Japón Shinzo] Abe y Japón que para Ghosn”, dijo Henry. “No importa lo que hagan ahora, es muy difícil superar la vergüenza de dejar ir a uno de los sospechosos de más alto perfil” de un escándalo corporativo desde el auge económico de Japón que vino después de la Segunda Guerra Mundial.