El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha descartado la posibilidad de que el presidente ruso, Vladímir Putin, pueda ordenar un corte de los suministros de petróleo y gas a Europa como represalia por las duras sanciones económicas impuestas a Moscú. Rusia «necesita vender su petróleo y su gas», ha asegurado Borrell en una entrevista con la agencia Efe.
El diplomático español ha detacado que Moscú obtiene de la venta de hidrocarburos «una cantidad considerable de recursos financieros que necesita, porque las sanciones han bloqueado los activos que tiene el Banco Central ruso en los bancos americanos, europeos y japoneses», aunque ha reconocido que «no son todos los activos» con los que cuenta, «tiene muchos en China y en otros países en los que no podemos actuar».
No obstante, ha reconocido que Putin es una persona impredecible de la que se puede esperar cualquier cosa: «Nunca pensé que fuera a invadir, y más que invadir, a destruir Ucrania como lo está haciendo», ha indicado. Europa se encuentra en una situación contradictoria. Por un lado, quiere cerrar el grifo a las importaciones de petróleo y gas de Rusia para aislarlo y golpearlo aún más en respuesta a la guerra de Ucrania, pero las sanciones económicas a Moscú han tenido ya como efecto colateral un aumento de los precios de la energía que están golpeando duramente a los consumidores.
Para contrarrestar esa subida, los países europeos intentan convencer a otras naciones productoras de hidrocarburos de que incrementen su producción, unos esfuerzos en los que en parte se enmarca el viaje del alto representante de la UE, que viaja hoy, domingo, a Kuwait. Aun así, Borrell ha insistido en la necesidad de mantener e intensificar las sanciones a Rusia, ya que Putin «está pulverizando» las ciudades ucranias. «Como no las puede conquistar, las bombardea causando un enorme número de víctimas civiles», ha dicho.
Borrell ha calificado de «tragedia humanitaria» las consecuencias de la guerra. «Casi vamos por cuatro millones de exiliados (…) y doce millones de desplazados internos. En este momento, la mitad de los niños ucranios (…) han tenido que escapar de sus casas. Algunos se han ido fuera y otros están en otras partes del país», ha concluido.