La dictadura de Nicolás Maduro pretende sembrar la matriz de que todos los males del país se deben a las sanciones a funcionarios corruptos que han ocasionado la tragedia en la que vivimos. Se han empeñado –con toda la fuerza mediática que se han robado– en hacerle creer a los venezolanos que nuestros males se deben a factores externos y no a su profunda corrupción, a su ineficacia y a su intento de instaurar un régimen totalitario en esta patria cuyos ciudadanos creemos y defendemos a la democracia.
Por esa razón nos hemos dedicado a salir a la calle, a mostrar a Venezuela y el mundo, los monumentos de esa ineficacia y esa corrupción, enmarcados en el proyecto totalitario asesorado por la dictadura cubana.
Comenzamos este recorrido, denunciando un tema que afecta mucho a la población. La Constitución Venezolana establece el derecho a la protección de la salud y basta hacer un recorrido por los más emblemáticos hospitales, pasando por cualquier centro de salud, para constatar que cualquier enfermedad puede ser la sentencia de muerte de quien la sufre. Estuvimos en el Hospital Clínico Universitario de Caracas y allí constatamos la tragedia que vivimos los venezolanos. Vimos también cómo el sueldo de un profesional de la salud no supera los cuatro dólares. Denunciamos que más de ocho mil enfermeras y enfermeros, así como miles de médicos, han tenido que irse del país a buscar oportunidades en otras latitudes. Luego estuvimos en el Hospital Binacional de Paraguaipoa, en nuestro Estado Zulia y allí vimos como un hospital de frontera, necesarísimo para la población guajira venezolana y colombiana, se ha convertido en un rancho en el que no hay posibilidad de tratar el percance más pequeño que, en materia de salud, cualquier persona pueda tener. Constatamos el abandono de la frontera y el desprecio a nuestras comunidades que allí viven.
Más adelante nos fuimos al Liceo Augusto Pi-Suñer en el Junquito. Allí, como en todos los centros educativos públicos de Venezuela, vimos las fallas graves en mantenimiento, infraestructura, laboratorios, etc. Pero también constatamos los graves problemas que tienen los profesores para poder mantenerse con sueldos de hambre, para poder llegar a su sitio de trabajo, para poder cumplir con su responsabilidad.
Posteriormente nos fuimos a la sede de Hidroven en Miranda. Todos los venezolanos sufrimos la calamidad de un pésimo servicio de agua, incrementado ese pésimo servicio por las fallas eléctricas y el deterioro de los sistemas de bombeo que impide que el agua llegue a zonas altas y sea distribuida adecuadamente.
Esta semana estuvimos en el estado Anzoátegui y fuimos al cementerio de Conferry en Puerto La Cruz. Allí también se demuestra que esta dictadura es el Rey Midas al revés, todo lo que toca lo convierte en porquería. Conferry era una empresa privada que prestaba un buen servicio de transporte de personas y bienes en el Oriente de nuestro país. En 2011 Chavez la expropió y las consecuencias las conocemos todos. Una sola embarcación funcionando y, para colmo, al día siguiente de nuestra denuncia, se accidentó en altamar y tuvieron que lograr que encendiera 1 de los 4 motores para poder llegar a su destino.
Este fin de semana fuimos al monumento de la corrupción denominado Metro Caracas – Guarenas – Guatire. Se inició en 2007, debería estar listo en 2.012 y costaría 2 mil millones de dólares. 13 años después no hay ni rastros de que pueda ser terminado y la inversión que han hecho llega casi a los 8 Mil Millones de dólares.
los venezolanos no podemos olvidar todo este proceso de corrupción que nos afecta en nuestra vida diaria. Estos delincuentes se han robado más de 600 Mil Millones de dólares. Allí está, junto al proceso totalitario y a su ineficiencia intrínseca, la razón de la tragedia que vivimos en nuestro país. La seguiremos haciendo visible y seguiremos luchando hasta sacarlos.