Este miércoles 13 de septiembre trabajadores jubilados que se encontraban en la huelga de hambre en la sede principal de Petróleos de Venezuela (PDVSA) en La Campiña, levantaron la huelga de hambre que sostuvieron durante 48 horas, como resultado de presiones y promesas de parte de la compañía estatal.
En reunión, con presencia de los cuerpos de seguridad y luego de una fuerte presión ejercida por la empresa estatal PDVSA, los diez huelguistas de hambre deciden levantar la medida de presión. Esto, con la aspriración de conquistar el dinero de sus jubilaciones y los intereses del fondo de jubilados retenido por la petrolera desde 2016.
Entre los acuerdos, se establece mantener mesas de trabajo para resolver la problemática, el compromiso de que, a pesar de no haber pagado el dinero acumulado por los miles de trabajadores, se les brindará las medicinas que necesiten los diez huelguistas “el día de hoy”, y convocar una nueva reunión para el 25 de septiembre, para abordar la deuda que la empresa mantiene con estos trabajadores.
Malestar general de los trabajadores activos y jubilados de PDVSA
A pesar de los acuerdos, los manifestantes se sintieron engañados y defraudados pues no ven suficientes los resultados de la negociación y estiman que mantendrán un alerta general entre los compañeros para emprender nuevas acciones si esta medida no resuelve la problemática planteada.
Llamarán a sus compañeros de trabajo para establecer medidas de presión que conduzcan a la reconquista de lo que la petrolera estatal venezolana les arrebató, producto de negociaciones y acuerdos que lesionaron los intereses de los trabajadores jubilados.
“No son suficientes los acuerdos”, dijo un de los manifestantes al momento de levantar la medida de presión extrema. Muchos jubilados en los últimos 8 años han fallecido sin haber recibido su dinero, ni sus familiares han recibido el dinero que les corresponde de forma legítima por el trabajo aportado al país por sus seres queridos.
PDVSA tiene una deuda de 2.707 millones de dólares desde hace ocho años, con más de 37.500 jubilados que han arrojado adicionalmente intereses de 1.200 millones de dólares, que forman parte del Fondo de Pensiones de los jubilados de PDVSA y PEQUIVEN.
Estos fondos, auditados desde el año 2016 al 2022 por la empresa KPMG, fueron desfalcados y ahora PDVSA se hace la desentendida con este compromiso legal adquirido con sus jubilados, a quienes les ha dejado en la ruina total, a merced de enfermedades y padecimientos que han estado imposibilitados de adquirir.