Bajo sus insólitas aguas azul turquesa habita un santuario de fauna marina y una espectacular barrera de arrecifes coralinos llenos de peces de colores. Más de 300 islas y cayos que conforman el archipiélago revelan en el Parque Nacional de Los Roques los misterios de una de las fantasías orgánicas más maravillosas del mundo, reservorio de 307 especies de peces, 92 tipos de aves y cuatro de tortugas marinas.
A esta clásica postal, referencia obligada cuando se habla de los lugares más atractivos de Venezuela, la afea hoy un conjunto de armazones de concreto revelador de la nueva política de turismo del gobierno venezolano, que hace énfasis en la promoción de un turismo premium en zonas protegidas. Es tal la importancia que le da el gobierno a este destino que el pasado 16 de septiembre autorizó operaciones aéreas nacionales solo en los aeropuertos Internacional «Simón Bolívar» de Maiquetía, Aeropuerto Caracas y en el Aeródromo El Gran Roque, tras ocho meses de restricción de operaciones en todo el territorio nacional, debido a las medidas de confinamiento por la Covid-19.
Ocho nuevas estructuras dan la bienvenida a los visitantes cuando estos apenas aterrizan en la corta pista de aterrizaje de la isla de Gran Roque, la única habitada del archipiélago, a 176 kilómetros al norte de Caracas. Las llamativas construcciones son proyectos privados en desarrollo al que la controversia ha marcado desde su inicio, tanto por la exclusividad y lujo de sus instalaciones como por la violación evidente de la normativa ambiental que protege al parque nacional, el único marino del país.
Un mapa distorsionado
Entre los inquilinos de la nueva vecindad destaca el empresario Julio Luis Borges Riquezes, amante del windsurf y miembro de la junta directiva del canal de televisión Televen C.A., además de socio propietario de Stone Fort Finance A.V.V., una empresa offshore constituida en Aruba con un capital de un millón de dólares.
Borges Riquezes no reside en esta propiedad sino que la usa como enclave de reposo y refugio para amigos “famosos y poderosos”, según reveló a Armando.info un ex empleado del empresario. “A esa casa asisten artistas, muchos invitados extranjeros y también gente poderosa de la política” añadió el entrevistado, que pidió reservar su identidad.
Esta propiedad destaca del resto por ser la que aparenta más lujo. También por algo no tan evidente: es una vivienda autosustentable. La propiedad “no necesita nada del pueblo, tiene todo para autoabastecerse”, detalla el ex empleado. Borges Riquezes también posee la concesión del módulo número cuatro, ubicado junto a su propiedad, donde desarrolla un proyecto turístico.
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