Vanessa Vivas es una joven mujer, que pasó de ser la madre amorosa de tres bebés a víctima de una poderosa red de bufetes, jueces y fiscales en Venezuela que para arrebatarle a sus hijos la acusa de pobreza económica y mental.
POR SEBASTIANA BARRÁEZ- INFOBAE
El segundo paso es que un tribunal la encarcele por el horrible delito de pornografía infantil, para así cuestionarla moralmente. Son muchos los casos en Venezuela donde se repite ese esquema, donde la mujer ha terminado huyendo o muerta. Así se beneficia al poderoso económico o político; y en este caso es Nelson Ortega Bonilla, embajador de Venezuela en Guinea Ecuatorial protegido por Ramón Gordils, familiar de Nicolás Maduro, y embajador de Venezuela en Noruega.
En un video público, Vanessa Vivas Villamizar relata cómo durante 17 años sufrió violencia psicológica y que ella había considerado que ser tratada así era normal. Como muchas mujeres en el mundo no se había percatado que tenía el síndrome de mujer maltratada por su marido controlador, celoso y violento que ahora ha demostrado ser capaz de cualquier cosa por aplicarle violencia vicaria.
Las noche del martes 13 de junio, cuando salía de una audiencia, un grupo de funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) la esperaban, la detuvieron y la acusaron de fabricar pornografía y señalan que eso lo habría hecho con Danny Manuel Mora Mora, que es un viejo amigo de ella a quien dejó de tratar hace siete años por los celos que el embajador Nelson Ortega sentía contra él. ¿Es casual que esa sea la persona a quien el Juez de Primera Instancia Estadal en funciones de Control del Área Metropolitana de Caracas, Ángel Betancourt Martínez también ordena detener por ese hecho?
La esposa del embajador pasó la noche en la cárcel y será presentada hoy, miércoles 14 de julio, a las 10 de la mañana.
Igual que lo sucedido con Vanessa Vivas, hay muchos casos, uno de ellos el de Yrasema Malavé, quien lleva un año reclamando que le devuelvan a su hija de 11 años quien fue dada a una familia extraña. Cuando ella denunciaba lo sucedido, fue detenida y también acusada de delitos sexuales.
Infobae publicó la historia que Carmen Esperanza Iribarren Peraza quien narró cómo le quitaron a los nietos que cuidó desde bebés, su apartamento, sus bienes y fue amenazada.
Es una red que funciona en varios estados del país, con tentáculos internacionales, donde se satisface el poder pero también porque hay comercio de niños como lo señaló para Infobae la periodista Karla Salcedo Flores quien ha librado una batalla desde hace cinco años cuando descubrió un patrón y denunció ante el Fiscal General, Tarek William Saab, 10 de esos casos.
El primo de Maduro
Un funcionario de la Cancillería, en conversación con Infobae, asegura que Ramón Antonio Gordils Montes es el verdadero poder en ese organismo. “Aquí lo del embajador en Guinea Ecuatorial, Nelson Ortega, se ha manejado con mucho hermetismo, porque el señor Gordils está sobre ese caso, pues es muy amigo de Ortega, así como de Oscar Romero Vallenilla embajador de Venezuela en Mali, ambos exdirectores durante el Gobierno de Vielma Mora en el Táchira”.
“El embajador Gordils, sin importar quién sea el canciller de turno, maneja el poder en la Cancillería, porque es primo del presidente Nicolás Maduro Moros, cuyo hijo, Nicolás Maduro Guerra tiene estrecha amistad también con el embajador Romero y él a su vez con Nelson Ortega. Desde que Maduro era canciller, en época de Hugo Chávez, ya Gordils manejaba riendas en la Cancillería venezolana. En este momento hay muchos cambios a nivel diplomático, pero Gordils está muy activo colocando a su grupito”.
Gordils Montes ha sido una figura silenciosa, siempre bajo la sombra de Nicolás Maduro, y se posicionó desde que Hugo Chávez muere, obteniendo cargos relevantes: dese presidente del Banco de Comercio Exterior, secretario Ejecutivo de la Comisión Central de Planificación, luego representante de la Venezuela en el Directorio Ejecutivo del Banco del Alba, posteriormente viceministro de Cooperación Económica del Ministerio de Relaciones Exteriores, en el 2016 director principal del Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden). Y desde agosto 2022 es Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Venezuela ante el Reino de Noruega.
El poder
El 29 de abril Infobae visibiliza el peligro que estaba sufriendo Vanessa Vivas en Guinea Ecuatorial, según información suministrada por la hermana de la joven madre. Se publicó un video que Vanessa Vivas había grabado días antes, cuando su esposo estaba en Caracas, previendo la reacción que él tendría cuando ella le comunicara que, por recomendación de una amiga abogada, no viajaría desde Guinea Ecuatorial a Caracas sola, ya que él le había pedido hacerlo prometiendo que dos meses después le llevaría a los tres niños.
“Si algo llegara a sucederme a partir de hoy, 16 de abril 2023, responsabilizo única y exclusivamente a mi esposo, a mi pareja, Nelson Javier Ortega Bonilla, embajador de Venezuela en Guinea Ecuatorial, y quien es padre de mis tres hijos”, dice Leyla Vanessa Vivas Villamizar, en el video que grabó en un baño de la residencia diplomática.
Para su asombro, Nelson Ortega reaccionó como la abogada lo había sospechado previendo que él la acusaría de abandono de hogar para quitarle a sus hijos. El embajador no solo reaccionó con insultos y amenazas, sino que simuló que ella lo había lanzado por las escaleras de la embajada, sin que sufriera herida alguna, levantando un acta donde usó como testigos a algunos de sus subalternos. Adicional a eso la acusó de haber robado un documento oficial y solicitó que llamaran a la policía de Malabo para pedir que la detuvieran, lo que al final no procedió porque las policías locales no pueden actuar en casos así. Lo que sí hizo fue destituir, en un evidente abuso de poder, a una empleada local por haber acompañado a Vivas a un comercio cercano a comprar una maleta.
Al hacerse público el video publicado por Infobae, la Cancillería ordena al embajador regresar a Venezuela con su esposa e hijos, lo que debían hacer el martes 2 de mayo en un largo viaje de tres días, durante los cuales el embajador la amenaza con el Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN) cuyos funcionarios la iban a detener, según le dijo, cuando arribaran al aeropuerto de Maiquetía en Venezuela. Por esa razón un equipo de la ONG Tinta Violeta le hizo acompañamiento; el embajador se negó a pagar los pasajes de los niños, se negó a entregar los pasaportes diplomáticos y ordinarios, solo entregó las partidas de nacimiento.
El incompetente tribunal
El embajador Ortega Bonilla fue preparando la estrategia con un bufete y apoderó a cinco abogados para que lo representaran: César Andrés Villa Crespo, Ernesto Felipe Montoya González, Mauricio Rafael Pernia Reyes, Sergio Edwin Correia Fernandes y Yanahy Andreina Yánez Pérez.
Acudieron al Tribunal Sexto de Primera Instancia de Mediación, Sustanciación y Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de Caracas, a cargo de Jorge Luis Devenish Griffith, quien actúa aun cuando sabe que Vanessa Vivas siempre ha tenido domicilio en Rubio del estado Táchira; incluso comisiona al tribunal de Protección del Táchira para que ejecute la medida, sin que la madre de los niños hubiese sido notificada porque el embajador suministró como datos de ella un número telefónico y un email que no le pertenecen a ella.
Vanessa Vivas había acudido varias veces a la Fiscalía de Violencia en Rubio, para denunciar que temía ser atacada, ella y sus hijos, por el embajador, pero la fiscal Durán no apareció, hasta que el 12 de mayo, a las 2 de la tarde la iba a atender el fiscal auxiliar Erick Raniery Ortiz Cáceres.
Pero mientras eso sucedía, a la casa donde estaban los niños de Vanessa con su hermana, llegó gran cantidad de funcionarios policiales, acompañados por el juez de San Antonio del Táchira, Luis Alberto Cárdenas Useche; la tía de los niños es amenazada con cárcel y presionada a que entregue a los niños, argumentando que el juez de Caracas le dio la custodia provisional al embajador de Guinea Ecuatorial, cuya excusa es que no se le ha permitido el contacto con los niños, es decir, a ocho días después de haber llegado al país y cuando sí había estado en constante comunicación con sus hijos por videos llamadas.
Lo insólito es que a más de un mes de que los niños le fueron arrebatados Vanessa Vivas no ha podido ver ni una sola vez a sus hijos, mientras el tribunal le prohibió, bajo amenaza de cárcel, así como lo hizo con la ONG Tinta Violeta y con quien publicó la denuncia en Infobae, referirse al caso, no mencionar nada con la excusa del bien común de los niños.
También es insólito que el juez aceptara como dirección del embajador unas oficinas en privilegiada urbanización Las Mercedes, municipio Baruta, en Caracas. Es decir, es una clara evidencia de que el embajador no reside ni tenía dónde hacerlol en Caracas, a la ez que impide que la madre sepa dónde, con quién ni en qué condiciones están sus hijos.
