Algunas calles de La Candelaria fueron afectadas con el paso del río que se salió de su cauce, muchas personas no sólo perdieron sus enseres del hogar, sino también sus viviendas y vehículos.
Luego de la tragedia del miércoles pasado que afectó al municipio Mario Briceño Iragorry alcanzó la comunidad de La Candelaria, sus habitantes tienen 3 días tratando de limpiar lo que dejó el río a su paso.
Una de las más afectadas fue la calle Rómulo Gallegos, las aguas embauladas pasan por detrás de la misma, cuando el río se salió de su cauce y arremetió con fuerza a las casas del sector.
Yilka Lombano comentó el horror que vivió junto a su madre, “cuando se desbordó el río, nosotros pensábamos que con tan sólo poner bolsas de arena en las puertas el agua no iba a entrar, no sabíamos la magnitud de los hechos”.
Asimismo Lombano resaltó, “esa decisión que tomamos fue la menos indicada, ya que al momento de querer salir las puertas estaban trabadas, además no conseguíamos las llaves por la desesperación; las paredes se iban cayendo como piezas de dominó cuando el río venía, nosotras adentro sin poder salir”.
La familia Lombano logró salir de la casa gracias a la ayuda de los vecinos que doblaron una reja por donde lograron escapar para que posteriormente la subieran al techo de su vivienda y pasar de tejado en tejado hasta ponerse a salvo.
Por otro lado, en la misma calle Rómulo Gallegos justo en la esquina una casa quedó totalmente destruida por los árboles de gran tamaño que entraron a la vivienda, los propietarios no se encontraban para el momento.
Agua, lodo, escombros, palos y árboles de gran tamaño venían rodando por las calles de La Candelaria, arrastrando y destruyendo todo lo que conseguían a su paso.
Tal es el caso de Ramón Cabrera, quien indicó, “el desastre natural nos sorprendió, la lluvia en las cabeceras de la montaña nos perjudicó bastante, mi casa quedó enterrada, no me quedó absolutamente nada”.
La familia Cabrera perdió todo lo material e inclusive algunas paredes de su casa, la vivienda quedó enterrada en un alud de tierra de aproximadamente 5 metros de profundidad.
Por otra parte, Ligia Zambrano acotó, “el río empezó a pasar por el frente de las casas como a las 3:00 de la tarde, ya para el momento se veía el alud y los escombros en el lugar, la fuerza del agua empujó los portones y las paredes perimetrales de las casas y empezó la locura”.
UN LLAMADO DE AUXILIO A LAS AUTORIDADES
Los habitantes afectados se encuentran desde el propio día de la tragedia en sus casas, sacando todo tipo de escombros y tratando de recuperar alguno de sus artefactos y poder entrar a sus casas nuevamente.
Al respecto, Javier Vera destacó, “a eso de la 1:30 de la tarde la situación se nos puso fea, nosotros salimos a surtir de gasolina el vehículo y cuando regresamos nos conseguimos con este panorama, perdimos la comida, no sabemos cuánto son las pérdidas, estamos sacando barro como locos”.
Por otro lado, Marcos García detalló, “mi situación es bastante grave, perdí prácticamente todo, no hay nada que salvar, el agua llegó a metro y medio, mi madre estaba sola y no pudo sacar las cosas de su hogar”.
Asimismo acotó, “gracias a Dios que todo fue material y con la ayuda del Señor se recuperará más adelante, todos los corotos de mi vieja están flotando en el patio”.
Los angustiados y desesperados residentes de La Candelaria piden que la reconstrucción y el levantamiento de escombros se hagan con la celeridad posible, ya que se encuentran en una situación prácticamente de calle.
Los afectados de igual manera piden al Ejecutivo Nacional a que ponga todo su empeño en las soluciones habitacionales para todas aquellas personas que perdieron sus hogares.
CUADRILLAS DE LIMPIEZA
EN AMBOS SECTORES AFECTADOS
Los distintos organismos pertenecientes al Estado se encontraban desplegados por las comunidades de El Limón y La Candelaria haciendo trabajos de limpieza en las calles del sector.
Con maquinarias pesadas y camiones en el sector El Piñal, municipio Mario Briceño Iragorry, estaban retirando los palos y árboles de gran tamaño para despejar el cauce del río y no se represara nuevamente.
Por otro lado, cuadrillas conjuntamente con los habitantes de la comunidad despejaban con picos, palas y chicuras el barro y lodo represado en las puertas de las casas, y negocios para tratar de limpiar la zona lo antes posible.
De esta manera, en las avenidas principales de El Limón, la Universidad y La Caracas, camiones de carga conjuntamente con maquinarias pesadas estaban retirando la tierra que dejó a su paso el río El Limón.
JOSÉ CARPIO G. | elsiglo
fotos | RAFAEL SALGUERO | JOEL ZAPATA