El presidente encargado Juan Guaidó se juega este sábado una de sus últimas cartas para mantenerse a flote en la escena política de Venezuela, al convocar la consulta popular, con la que espera renovar su pugna contra Nicolás Maduro.
A manera de plebiscito, en la llamada consulta popular se pregunta a los venezolanos si apoyan “todos los mecanismos de presión nacional e internacional” a favor de “elecciones presidenciales y parlamentarias libres” y si rechazan los comicios del 6 de diciembre en los que el chavismo se alzó con 255 de los 277 curules, en medio de un boicot del grueso de los partidos opositores dirigido por Guaidó.
Con menos popularidad de la que gozó cuando se proclamó mandatario encargado en enero de 2019, Guaidó, reconocido como presidente interino por medio centenar de países, con Estados Unidos a la cabeza, buscará con la consulta simbólica, que arrancó por medios virtuales el lunes y será presencial este sábado, reanimar a una oposición decepcionada.
“No nos vamos a rendir, mañana vamos juntos a alzar la voz para recuperar a nuestro país, por los sueños de todos”, escribió el viernes el líder opositor en uno de sus mensajes en Twitter para animar a participar en su convocatoria.
“Los invito a participar, a expresarse con fuerza en la consulta popular”, alentó en otro de sus múltiples llamados en redes sociales.
No es la primera vez que la oposición invita a un proceso de consulta.
Una iniciativa parecida se concretó en julio de 2017 en rechazo a la Asamblea Constituyente, órgano 100% chavista que se instaló en agosto de ese año, tras meses de protestas que dejaron unos 125 muertos, asumiendo en la práctica las funciones legislativas.
Entonces, la oposición dijo haber reunido 7,6 millones de votos en repudio a ese órgano que cesa funciones este año para dar paso a una nueva Asamblea Nacional el 5 de enero, integrada predominantemente por miembros de la Constituyente oficialista.
¿Se conoce sobre la consulta popular?
La consulta es afectada por una “falta de información tremenda, hay mucha confusión sobre cómo se va a votar”, dijo a la AFP Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas.
Ello, frente a la hegemonía comunicacional ejercida por el gobierno sobre los medios tradicionales, lo que obliga a la oposición a acudir a las redes sociales para difundir sus mensajes, algo que se complica ante las fallas de internet y los frecuentes cortes eléctricos.
Lo otro son las expectativas, pues “en la medida en que no haya expectativas positivas la gente no se sumará”, remarcó sobre el proceso, que no cuenta con el aval del Consejo Nacional Electoral del régimen.
Alarcón estima, además, que la consulta de Guaidó enfrenta la posibilidad de abstención, tal como ocurrió con las elecciones parlamentarias, que registraron apenas 31% de participación de los 20,7 millones de electores inscritos en el registro.
“Si la gente no siente que la consulta va a tener un efecto real, si se pregunta si al final del día el gobierno no le hará caso”, eso atentará contra la participación, indicó.
Maduro, en tanto, resta importancia al llamado de Guaidó, a quien tilda de farsante y títere de Estados Unidos.
“Nadie podría pensar que una consulta por internet tiene valor legal, constitucional, solamente tiene valor informativo”, afirmó el mandatario el jueves durante un acto con los diputados electos, sin nombrar expresamente al dirigente opositor.