El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) recogió a unos 500 civiles que habían huido por sus propios medios desde Mariupol. Los afectados fueron trasladados en un convoy de autobuses hasta la localidad de Zaporiyia.
«La llegada de este convoy a Zaporiyia es un enorme alivio para cientos de personas que han sufrido tremendamente y ahora están en un lugar seguro», señaló el CICR.
No obstante, decenas de miles de residentes siguen atrapados en la ciudad costera, que está cercada desde hace más de cinco semanas por tropas rusas que también impiden la entrada de cualquier tipo de ayuda humanitaria.
Las autoridades locales estiman en unos 130.000 los civiles que permanecen en condiciones extremadamente difíciles en la ciudad, donde faltan los alimentos y el agua, y desde hace semanas ha dejado de funcionar la calefacción y el servicio eléctrico.
El CICR reiteró su voluntad de colaborar «como un intermediario neutral» en la evacuación de los habitantes de Mariúpol, lo que lleva intentando hacer desde el pasado viernes, aunque sin éxito debido a que Rusia y Ucrania no han llegado a acuerdos claros en relación al cese el fuego necesario para llevar a cabo esta operación humanitario.
La organización también requiere conocer en detalle las rutas de salida, los horarios acordados y el destino final de los civiles, tras denuncias de que miles de evacuados anteriormente de Mariúpol han sido llevados contra su voluntad a territorio controlado por las fuerzas rusas o a Rusia.
