La diseñadora francesa que crea vestidos luminosos con Google

Redaccion El Tequeno

No se pueden lavar y probablemente no sean la mejor opción para ir a la oficina, pero los vestidos luminosos de la diseñadora Clara Daguin son una de las apuestas más rompedoras de la actual edición de la Alta Costura de París.

Daguin, hija de un ingeniero electrónico y criada en Silicon Valley, ha terminado por integrar en su vida lo que vio desde pequeña en la costa oeste estadounidense: cables, ordenadores y todo tipo de material tecnológico.

Tras un breve paso por el prêt-à-porter, la modista, de 30 años de edad, cambió de rumbo para concentrarse en las creaciones de Alta Costura, que guardan el valor del saber hacer y la artesanía, aunque en su caso se sintió motivada por la ambición de explorar las posibilidades de integrar electrónica en las prendas para crear vestidos interactivos.

En un par de años ha logrado dar formas a cazadoras con luces que cambian de color según el ángulo desde el que se miren y en su nueva colección, presentada este miércoles en París, introduce sistemas de conectividad en bordados realizados a mano.

La francesa ha contado con el programa de experimentación creativa de Google y su sistema Jacquard by Google, que colabora con artistas de diseño y ciencia para tratar de imaginar las nuevas posibilidades que la tecnología puede poner al alcance humano.

Su nueva línea, llamada Oracle, juega con el universo del tarot y el espiritismo, pues su cableado digital es una especie de lector de manos.

«Cuando acercamos la mano al guante el vestido se enciende y, mientras más nos acercamos al guante, más fuerte es la luz», indica Daguin ante las cinco creaciones que ha presentado en esta edición de la Semana de la Moda de París, que termina este jueves.

Vestidos interactivos

Presentada en el Museo Grévin de cera de París, los cinco vestidos han sido confeccionados en plisados de seda y organza que revisan una silueta clásica, de cortes rectos y minimalistas, engrandecidos con llamativos volantes circulares en los que se enrosca el cableado luminoso.

La luz de un vestido con volante espiral gira en círculo, aumentando la sensación de hipnosis, mientras que la falda de otro se alumbra en degradado.

«Siempre he estado entre ordenadores, pero no pensaba en ello cuando era joven, es algo que vino más tarde. Hice estudios artísticos, después pasé a la moda y fue ahí cuando integré la tecnología», comenta en una entrevista con Efe.

Todo empezó con un pequeño taller del MIT sobre la posibilidad de hacer objetos interactivos, en su caso, unas sillas de Ikea.

«Eso me hizo reflexionar y empecé a experimentar en la integración electrónica en prendas», añade.

De momento trabaja sola con la ayuda de su padre o, como en este caso, dos ingenieros de Google, y los estudiantes que la ayudan en la confección.

«Me gusta la idea de hacer experimentación sobre el cuerpo. No es realmente una prenda que nos ponemos y quitamos, pero funciona bien en videoclips y alfombras rojas», explica la diseñadora, que también ha creado una aplicación para que el cliente puede ver cuál sería el efecto de la prenda puesta.

Aunque no son muchos los que experimentan en este campo, algunas creaciones han dado buen resultado a escala comercial, como la chaqueta de Levi’s Commuter Trucker with Jacquard by Google, que permite a quien la lleva controlar la música o las llamadas de su teléfono a través de la prenda, vendida por aproximadamente 300 dólares.

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