En lancha o barca tradicional hecha de papiro, miles de fieles convergen en medio del lago Ziway, en Etiopía, para las celebraciones de “Timkat”, la Epifanía ortodoxa.
En Batu, una ciudad a 170 kilómetros de la capital etíope, Adís Abeba, el lago está en el centro de las ceremonias de la mayor fiesta religiosa etíope, que conmemora el bautizo de Cristo. El miércoles reunieron a miles de personas.
Primero, los sacerdotes salen de los seis monasterios situados en las cinco islas del lago, también conocido como lago Dembel.
Acompañados por un areópago con atuendos ceremoniales de color rojo, azul, blanco y dorado, llevan sobre la cabeza las “tabot”, réplicas de las tablas de la ley.
Sentados en barcas cargadas de iconos y cruces, se ubican en medio del lago, donde los fieles, vestidos todos de blanco, se les unen en lanchas, embarcaciones sencillas o en “tankwa”, una especie de kayak tradicional construido con tallos de papiro.
Durante dos horas, varias docenas de embarcaciones rodean las “tabot”, cantando y aplaudiendo.
Posteriormente, los religiosos regresan a la orilla y son recibidos en una procesión festiva de cantos, tambores, campanas y cuernos.
Entonces comienza una noche de oraciones hasta la mañana del día siguiente, cuando los sacerdotes retoman las embarcaciones para bendecir las aguas del lago.
En la orilla, el fervor y la meditación dan paso a sonrisas y alegría.
La gente corre alegre para recibir el agua, ahora bendita, que es rociada sobre la multitud por un sacerdote con una manguera.
Algunos fieles prefieren mojarse la cara directamente en lago, mientras que los niños chapotean o se zambullen.
Tariku Tadesse, de la capital, asiste por primera vez a esta ceremonia.
“¡Es algo único! La celebración empieza y termina en el agua”, explica el hombre de 45 años, que vino con su esposa y sus dos hijos.
Las autoridades religiosas y administrativas locales quieren dar a conocer la región de Oromia con las celebraciones de Timkat, que han hecho famosa a la ciudad de Gondar, en el oeste del país.
En un país asolado económicamente por la pandemia del covid-19 y por dos años de guerra en el norte, el turismo es una gran fuente de esperanza para la población.
“Recuperar el turismo es muy importante”, señala Nega Wedajo, subdirector de la Comisión regional de turismo. Estamos listos”, añade optimista.