La Asamblea General de las Naciones Unidas exigió el jueves a Rusia que “retire urgentemente a sus militares y demás personal no autorizado” de la central nuclear ucraniana de Zaporiyia y la devuelva al pleno control de las autoridades ucranianas.
Los 193 miembros de la Asamblea General aprobaron una resolución con 99 votos a favor, nueve en contra y 60 abstenciones.
La central de Zaporizhzhia, la mayor de Europa, fue capturada por Rusia poco después de que lanzara una invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022. Está cerrada, pero necesita energía externa para mantener frío su material nuclear y evitar una fusión.
Antes de la votación, el embajador de Ucrania ante la ONU, Sergiy Kyslytsya, instó a los países a votar a favor de la resolución: “Se lo debemos a las generaciones futuras. Debemos asegurarnos de que no se repitan los horrores de los desastres nucleares”.
A lo largo de la guerra, Ucrania y Rusia se han acusado mutuamente de bombardear la central y derribar tendidos eléctricos. Ucrania ha rechazado las acusaciones rusas, afirmando que no estaba atacando instalaciones nucleares.
La resolución de la ONU “pide el cese inmediato de los ataques de la Federación Rusa contra infraestructuras energéticas críticas de Ucrania, que aumentan el riesgo de un accidente o incidente nuclear en todas las instalaciones nucleares de Ucrania”.
El embajador adjunto ruso ante la ONU, Dmitry Polyanskiy, declaró ante la Asamblea General antes de la votación que el objetivo de la resolución era “intentar promover la falsa narrativa occidental sobre el origen de las amenazas a las instalaciones nucleares de Ucrania”.
Sostuvo en la Asamblea General que había restos de un avión no tripulado ucraniano que se utilizó para atacar la central de Zaporizhzhia el 7 de abril. Ucrania ha negado estar detrás de los ataques con drones a los que se refirió Polyanskiy.
Rusia quedó aislada diplomáticamente en varias ocasiones durante el primer año de la guerra, cuando casi tres cuartas partes de la Asamblea General votaron repetidamente para denunciar la invasión de Ucrania por Moscú y exigirle la retirada de sus tropas.
Aumento en el uso de drones contra la central nuclear
El pasado 24 de junio, el director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, denunció un uso “cada vez” mayor de drones contra la central nuclear de Zaporizhzhia.
“Quienquiera que esté detrás de esto debe parar. El uso de drones contra la planta y sus alrededores es cada vez más frecuente. Esto es completamente inaceptable y va en contra de los pilares de seguridad y los principios concretos aceptados por unanimidad”, expresó el jefe del organismo.
Además, insistió en que esta situación “profundiza aún más” sus “serias preocupaciones sobre la fragilidad y vulnerabilidad de la infraestructura eléctrica de Ucrania”, que es crucial también para la seguridad nuclear.
Grossi informó que “la ciudad donde vive la mayor parte del personal” de la central se quedó sin electricidad durante 16 horas (de 20.00 horas del viernes hasta el mediodía del sábado) después de que una segunda subestación en la zona sufriera daños y quedara fuera de funcionamiento. Rusia había denunciado el sábado que el funcionamiento de las instalaciones había quedado interrumpido “como resultado del ataque de las Fuerzas Armadas de Ucrania a la subestación Raduga”.