El secretario ejecutivo de las Naciones Unidas para el cambio climático, Simon Stiell, pidió a los líderes de los 160 gobiernos que acudirán a la conferencia de la ONU sobre la materia, a partir de este jueves 30 de noviembre en Dubái que no asistan a la cita con el único fin de tomarse una fotografía.
“Es fantástico que asistan más de 160 líderes mundiales, pero la COP28 no puede ser sólo una sesión fotográfica”, dijo Stiell en un mensaje de vídeo en vísperas de la 28 Conferencia de las Partes (COP28) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cmnucc), en Dubái, capital de uno de los Emiratos Árabes Unidos.
Las COP anuales de la Cmnucc, en vigor desde 1994 y ratificada por 198 países, procuran avances sobre la interferencia humana en el sistema climático, y su Acuerdo de París, de 2015, planteó contribuciones nacionales voluntarias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, que calientan la atmósfera.
En Dubái se pasará revista a ese acuerdo, cuyo objetivo es que hacia el año 2050 la temperatura media del planeta no exceda de 1,5 grados centígrados sobre el promedio de la era preindustrial (1850-1900) ni de dos grados a finales de siglo.
Stiell dijo que “la conferencia de este año se produce cuando la crisis entra en una nueva fase y muestra toda su fuerza, dañando a miles de millones de personas y costando billones de dólares”, en alusión a los desastres por fenómenos extremos en 2023, que puede resultar el año más caluroso de que se tenga registro.
“Ahora todos están en primera línea. Ningún país es inmune”, sentenció Stiell.
Consideró que “la mayoría de los gobiernos todavía están dando pequeños pasos, cuando se necesitan con urgencia pasos audaces”.
En la COP28, los gobiernos deben cumplir dos plazos, según el responsable de la ONU: un aumento de la acción climática ahora y “un trampolín para los próximos dos años cruciales y más allá”, triplicando la energía renovable en esta décadas y duplicando la eficiencia energética.
Stiell destacó que las naciones en desarrollo, que fueron las que menos contribuyeron a provocar la crisis, han estado privadas de justicia climática y resiliencia durante demasiado tiempo.
La COP27, celebrada hace un año en Egipto, generó un fondo histórico para pérdidas y daños. Ahora se trata de “poner carne y hueso en este fondo. Eso significa poner dinero real sobre la mesa. Los restos de la mesa no son suficientes”, consideró.
Apelando a otra imagen, Stiell insistió en que el dinero para encarar el cambio climático “es necesario que fluya hacia los países en desarrollo a torrentes, no a cuentagotas, para impulsar la resiliencia climática en este momento”.
También la COP28 “debe mostrar un acuerdo claro para dejar atrás la dependencia de los combustibles fósiles”.
“Solo la energía renovable ofrece energía segura, asequible y protegida, así como muchos más empleos, un crecimiento económico más fuerte, menos contaminación y mejor salud para las personas en todos los países”, abundó.
Finalmente, dijo que Dubái “es una oportunidad para tender puentes en un mundo fracturado”, pues la crisis climática está afectando a todos los países y a todas las economías. “Ningún país por sí solo puede solucionarlo”, resumió.
Se espera que más de 60 000 delegados y observadores asistan a la COP28, que deliberará hasta el 12 de diciembre, incluidos los Estados miembros de la Cmnucc, líderes de la industria, académicos, jóvenes activistas, representantes de comunidades indígenas, periodistas y otras partes interesadas.
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