La oposición venezolana, al canciller de España: «Rodríguez Zapatero fue solo un correveidile»

Redaccion El Tequeno
MADRID, 13/08/2024.- El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, comparece en el Senado para informar sobre la postura del Gobierno ante las dudas surgidas por los resultados oficiales de las elecciones celebradas el pasado 28 de julio en Venezuela y las protestas, violencia y detenciones desatadas en respuesta al supuesto fraude electoral. EFE/ Zipi Aragon

El Senado se desperezó este martes, en pleno agosto y con una ola de calor que se resiste a marcharse de Madrid, para que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, diese explicaciones sobre la situación en Venezuela más de dos semanas después de las elecciones presidenciales del 28-J. El Gobierno salió de su letargo veraniego y el responsable de su acción internacional llegó a la Cámara Alta sonriente, con semblante confiado, y dispuesto a resistir el esperado envite del PP.

Por ABC DE ESPAÑA

La portavoz popular en el Senado, Alicia García, ofreció declaraciones a los medios de comunicación antes de la comparecencia de Albares en la Comisión de Exteriores y, por supuesto, el ministro no iba a ser menos. En las preguntas de los periodistas, Albares ya se encontró con el elefante en la habitación: el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero; su atronador silencio. El ministro defendió al socialista y aseveró que el Ejecutivo «valora y aprecia» su labor, a pesar de que, al contrario que sus colegas del Grupo de Puebla –foro académico de políticos de izquierdas latinoamericanos–, ni siquiera ha reclamado la publicación de las actas electorales del 28-J.

Después, en la sala Clara Campoamor, coronada con el nombre de la principal responsable de la llegada del voto femenino a España, el ministro de Exteriores evitó referirse a lo ocurrido en Venezuela como un fraude electoral, pero de nuevo cerró filas con Zapatero. El expresidente, presumió Albares, «habla con Gobierno y oposición» en Venezuela, «ha participado muy activamente en acercar ese diálogo entre venezolanos» y, también, «en la liberación de muchos presos políticos». Desde luego, la oposición venezolana rebaja mucho esa hoja de servicios de Zapatero –al menos en los comicios de julio– y lo acusa de ejercer de «correveidile del régimen».

Fuentes de la oposición venezolana, consultadas por ABC, aseguran que el expresidente español solo habló por teléfono con el entorno de Edmundo González, no con el de María Corina Machado, y que nunca se reunió con ellos presencialmente. En sus conversaciones, garantizan, no trasladaba ninguna propuesta sino que se limitaba a ejercer de «mensajero». Primero comunicaba la posición de Nicolás Maduro a los opositores y luego le llevaba a este su respuesta. «No tuvo ningún papel relevante», sentencian.

Por las palabras de Albares, no obstante, el rol de Zapatero en Venezuela bien podría parecer heroico. El ministro rechazó las críticas del PP y recordó que el expresidente socialista «se enfrentó a Hugo Chávez» para defender a José María Aznar. «¿Van a llamar aquí a Aznar para que nos explique qué quería decir cuando animaba a Israel a terminar su misión en Gaza?». Zapatero, utilizado en la última campaña electoral por el PSOE como un talismán, ahora es «un ciudadano privado» que no debe responder por sus «opiniones».

Más allá del expresidente, Albares defendió la postura de Pedro Sánchez y del resto del Gobierno, aunque matizó que la política exterior la marcan él y el presidente, por si en Sumar se produce algún posicionamiento extraño. El ministro remarcó que el mismo 29 de julio, el día posterior a las elecciones, España ya reclamó la publicación de las actas de todas las mesas electorales para «garantizar resultados plenamente verificables». Eso sí, el Ejecutivo de momento no pasa de ahí y evita hablar directamente de fraude o reconocer la victoria del opositor Edmundo González, como le exige el PP. Incluso un socio como el PNV dio este martes por hecho que Maduro ha falseado los resultados.

«Esto no es una carrera para ver quién llega verbalmente más lejos con sus demandas con cero eficacia, sino de ser eficaces con la acción en Venezuela», dijo Albares, y reivindicó en varias ocasiones una salida negociada y pacífica de la situación que atraviesa el pueblo venezolano.

Respuestas al PP

El ministro también se refirió a la expulsión de una delegación de parlamentarios del PP a Venezuela, que tenía intención de ejercer como observadora internacional, y acusó a los populares de verter «bulos y críticas muy injustas» por cuestionar a la Embajada en Caracas, que les brindó apoyo, según él, «en todo momento». El titular de Exteriores incluso abroncó a los senadores del PP por intentar contactar directamente con el embajador de Venezuela y no hacerlo con el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes o con algún miembro de su gabinete en el ministerio.

En todo caso, Albares anunció la solicitud por carta al alto representante de la Unión Europea, Josep Borrell, de que en la cita del próximo Consejo de Asuntos Exteriores en Bruselas, los próximos 29 y 30 de agosto, se aborde la coyuntura en Venezuela. Además, informó a sus señorías de que España se hará cargo de los nacionales de República Dominicana –sin representación diplomática en Caracas– y tendió la mano a todos los partidos, incluidos PP y Vox, para alcanzar un pacto por la democracia en Venezuela.

«Nos ofrece un pacto por la democracia. ¡Pacto sí, pero si usted hoy reconoce que la oposición ganó rotundamente las elecciones», clamó García, muy aplaudida por los suyos, en su primera intervención. A lo largo de la comparecencia, la portavoz popular empleó el tono duro que se había anticipado y reprendió al Gobierno por su «tibieza y complacencia» con el régimen de Maduro.

García también se mostró muy crítica con Zapatero, a quien incluso elevó a una suerte de ministro de Exteriores en la sombra, y exigió al verdadero titular de la cartera que lo desautorice. «Su Gobierno está siendo cómplice de lo que pasa en Venezuela», sentenció García, a quien Albares recriminó que leyese su intervención y no le hubiese escuchado. De hecho, el ministro incluso recomendó tanto a la popular como a Ángel Pelayo Gordillo, de Vox, que contactasen con sus respectivos líderes, Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, porque, supuestamente, ya había hablado con ellos alguno de los asuntos trasladados este martes en la Comisión de Exteriores.

La comparecencia de Albares poco cambió respecto a las posiciones ya conocidas, aunque destacaron las ausencias de ERC y Bildu, que, siendo socios de Sánchez, se han posicionado claramente con Maduro en el pasado. Sumar pidió transparencia y el PSOE repartió críticas al PP incluso por no esperar a septiembre para hacer la comparecencia en el pleno. Sin prisa.

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