La mitad de la gasolina que produce Venezuela se envía a Cuba, pese a que la producción en ese país ha caído de 140.000 a 110.000 barriles diarios, según declaró el secretario general de la Federación de Trabajadores del Petróleo y Gas de Venezuela (FUTPV), Iván Freites, al medio local La Prensa.
«Pero a 110 mil barriles diarios hay que descontarle un 50% de cuota que el Gobierno le envía a Cuba, y un 40% que controlan militares y funcionarios del alto gobierno. A la población le llega únicamente el 10% de la gasolina que se está produciendo entre las refinerías Amuay, Cardón del Complejo Refinador de Paraguaná (CRP), y la refinería de Puerto La Cruz», afirmó Freites.
De acuerdo al sindicalista, la demanda nacional en Venezuela anda por los 120.000 barriles diarios.
«Ahorita no hay números oficiales sobre el consumo real, ha habido una migración de 6,2 millones de venezolanos y se estima que por esa razón hay un millón de vehículos menos circulando en Venezuela», explicó.
Sin embargo, pese a que circulan menos vehículos, en el país petrolero los choferes una vez más deben hacer colas que se extienden hasta un kilómetro para comprar el combustible, según pudo comprobar La Prensa durante un recorrido que realizó el pasado 12 de agosto por las principales bombas de gasolina, tanto premium como subsidiada.
«Nos preocupa esta situación porque con el combustible es que movemos todo, y que nos volvamos a paralizar por el combustible es fuerte», expresó al medio Anderson Zambrano, un conductor que al momento de ser entrevistado llevaba tres horas esperando para comprar gasolina.
En los últimos meses, Venezuela pudo mantener la regularidad en la distribución de gasolina, porque las refinerías comenzaron a procesar crudo iraní en Cardón de 29 y 30 grados API, señaló Fleites, quien explicó que ese es un tipo de crudo que tiene mucha gasolina.
«La producción de Venezuela depende ahora de lo que decida Irán, este país decidió cortar la distribución en Cardón e inmediatamente comenzaron a registrarse colas por gasolina no solamente en Lara, sino en todo el país», añadió.
El pasado 10 de agosto, mientras en el municipio Iribarren y Palavecino se registraban largas colas para comprar gasolina, de acuerdo a La Prensa, la petrolera estatal venezolana PDVSA desviaba dos cargamentos de crudo que iban a descargarse en la terminal cubana de Matanzas, a causa del grave incendio que estalló en la Base de Supertanqueros de esa ciudad el 5 de agosto.
Como consecuencia del siniestro, el petrolero de bandera cubana María Cristina, operado por el conglomerado empresarial de los militares GAESA y que descargaba crudo venezolano en Matanzas cuando se produjo el hecho, tuvo que dirigirse a Santiago de Cuba para entregar allí su carga restante.
Otro cargamento de crudo venezolano, a bordo del buque cisterna Vilma, también operado por GAESA y que navega con pabellón cubano, fue desviado el 6 de agosto al puerto de Antilla, en Holguín.
Pese a que el régimen de Nicolás Maduro envía una buena parte de la producción venezolana de petróleo, lo que incluye crudo, fuel oil, gasoil y gasolina, a su aliado, estos despachos han disminuido de manera considerable en los últimos años.
Esa reducción, junto a la obsolescencia y falta de mantenimiento de las termoeléctricas, provoca los prolongados apagones que soportan los cubanos desde el verano de 2021, pese a que el régimen tardó en reconocer el déficit de combustible como una de las causas y los achaca principalmente al deterioro de las instalaciones, averías de última hora y al embargo estadounidense.