“Un siglo de corrupción y política izquierdista devastó esta nación que alguna vez fue rica”, inicia un artículo de opinión escrito por el diplomático Dave Seminara que fue publicado el pasado lunes en el diario estadounidense Wall Street Journal bajo el título “el largo camino a la ruina de Argentina”.
En la mencionada columna, quien escribe cuenta sobre su primera mañana en el país y cómo, tras cambiar tan solo 200 dólares, sentía como si acabara de cerrar un “negocio narco” en referencia a la cantidad de billetes de $500 que recibió luego de haber pasado por una casa de cambio. “Mi fajo de 129 billetes de 500 pesos era demasiado grande para mi billetera, así que metí algunos en mi bolsillo y regresé al departamento”, reza el escrito.
Asimismo cuenta que Celeste, quien se desempeñó como guía turística, le confesó que había llegado a la Argentina “en un momento histórico de hiperinflación”, haciendo alusión a los cambios en la cartera de Economía nacional: “El 2 de julio, el ministro de economía, Martín Guzmán, renunció. El valor del peso se desplomó un 26% en los siguientes 26 días”.
“Tres semanas después, el presidente Alberto Fernández, un profesor con tendencia a la izquierda que asumió al cargo en diciembre del 2019, despidió” a Silvina Batakis —quien asumió en lugar de Guzmán en Economía—, prosigue comentando el mencionado artículo.
En tal sentido hace referencia a la actual crisis que vive el país al hacer mención que en la actualidad la tasa de inflación anual es del 64% y que podría elevarse al 90% a fin de año. “Los salarios no se han mantenido y la brecha entre el tipo de cambio oficial y el del mercado negro no ha sido tan grande desde la crisis de hiperinflación de Argentina de 1989-1990, cuando la inflación se disparó 2600%”, continua redactando Seminara.
“Celeste nos dijo que Argentina era uno de los 7 países más ricos del mundo a principios del siglo pasado gracias a su abundancia agrícola”, comenta respecto de la visita guiada cuya guía le contó que “la gente solía decir que alguien es tan rico como un argentino”.
Es por ello que el hombre relata los paisajes construidos durante los momentos de gloria de Argentina, de hecho hace referencia a la belleza de “los elegantes bulevares de Buenos Aires y la arquitectura de inspiración parisina”. No obstante, analiza que la política ha hecho jugar al país una mala pasada. “Más de un tercio de los argentinos vive en la pobreza y decenas de miles de pequeños negocios cerraron durante la pandemia. Celeste, como casi todos los jóvenes que conocimos, está planeando un escape a Europa o América del Norte”, describe.
En su escrito no evitó mencionar el olivosgate y tildó a Cristina Kirchner de “poderosa”. “El Sr. Fernández y su poderosa vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien fue primera dama (2003-2007) y se desempeñó como presidente (2007-2015), impuso bloqueos durante más de 8 meses que duraron hasta 2021″, dice y refiere a las reuniones celebradas en la Quinta presidencial de Olivos: “Al igual que muchos políticos estadounidenses, Fernández incumplió sus propios decretos celebrando un cumpleaños sin barbijo y le dio la bienvenida a numerosos invitados, incluido un entrenador de perros”.
Contó también que la joven guía lo llevó hasta donde se ubican las piedras que buscan conmemorar a las víctimas del COVID-19 en Plaza de Mayo y considera “vergonzoso” el hecho de que en un primer momento se hayan quitado de allí.
“Alrededor del 91% de los ciudadanos argentinos ha recibido por lo menos una dosis de la vacuna, pero casi 130 mil han muerto a causa del virus. La tasa de mortalidad por covid per cápita del país es la octava más alta del mundo”, remarca el diplomático en su texto.
Lo que sigue a continuación es simplemente una exposición de lo que es la Argentina: “ocupa el puesto 126 en el índice de facilidad para hacer negocios del Banco Mundial y el 96 en el índice de percepción de corrupción, detrás de países en desarrollo como Etiopia, Tanzania y Kosovo. Un sector público inflado devora la tercera economía más grande de Latinoamérica”, es que, explicita que “aproximadamente la mitad del país trabaja para el Gobierno o depende de él por beneficios de bienestar social”.
“En una gran mesa llena de recién graduados de universidades que conocimos en San Antonio de Areco, en el corazón de los gauchos del país, se habló de los planes de utilizar el registro de antepasados para obtener pasaportes de la Unión Europea. Las universidades argentinas son gratuitas, incluso para los extranjeros, pero conseguir un trabajo que pague lo suficiente como para mudarse de la casa de mamá y mapá es desalentador”, cuenta que comentaron atribulados los jóvenes graduados. “Nadie de los que conocí tenía confianza en la administración de Alberto Fernández, pero unos pocos tenían la esperanza de que la oposición lo hiciera mejor”, añade.
Como si fuese poco, describe que el país se mantuvo cerrado desde marzo de 2020 hasta noviembre de 2021 para los extranjeros, lo que provocó la paralización del sector turístico, y que hoy poco se hace para que el mismo se reactive ya que mientras tanto la vicepresidenta busca aislar a la Argentina.
En los últimos dos párrafos del escrito, Seminara hace un diagnostico de mala praxis diplomática del Gobierno e incluso remarca las relaciones del jefe de Estado con países tales como Venezuela, Cuba y Nicaragua; de hecho, cuenta que las relaciones entre el país liderado por Nicolás Maduro y Argentina reestablecieron relaciones en abril luego de que Alberto Fernández asegurara que las violaciones a los derechos humanos en el país caribeño se estaban “disipando”. “En la reciente Cumbre de las Américas en Los Angeles, el líder argentino reprendió a la administración Biden”, describe, ya que el primer mandatario reprochó que ninguno de los tres países antes mencionados haya sido invitado a las reuniones destinadas a tratar temas diplomáticos.
Por último, esboza una conclusión inquietante: “Los errores de la izquierda en Argentina (bloqueos hipócritas e ineficaces, gasto social derrochador, impuestos altos y demasiadas restricciones al comercio) son inquietantemente similares a las prioridades a las prioridades de la izquierda estadounidense”. “Argentina es un país hermoso con gente orgullosa y resiliente que merece un mejor liderazgo”, concluye.