Cargar el teléfono celular, encender la luz si la casa está a oscuras e incluso prender el tv para ver la novela, dejó de ser, para los tequeños, un ritual que hacían por inercia, para convertirse en un privilegio.
Andrea pasó el fin de semana dentro del carro, no porque estuviera en la cola por gasolina, sino para poder cargar la pila de su teléfono móvil.
«Estuvimos prácticamente todo el sábado sin luz y el domingo fue la misma historia», explica resignada la joven. Al igual que miles de familias de Los Teques, las fallas de las últimas horas le hicieron «revivir» el tristemente célebre apagón nacional.
El sábado la capital mirandina estuvo más de 12 horas sin servicio. Corpoelec no informó las causas, sin embargo de forma extraoficial se supo de un accidente en la subestación El Barbecho, ubicada en pleno centro de la urbe, que habría dejado tres obreros heridos.
«Para nosotros significa pérdidas millonarias», agrega Francisco Barros, propietario de un frigorífico. Indica que «sin luz» no puede despachar y las neveras se descongelan.
Para quienes viven en edificios, el estar sin el referido servicio es más que no tener ascensor. «Significa que las bombas de agua dejan de funcionar, significa tener que cargar tobos por las escaleras», narra Yelitza Rondón, vecina de Los Nuevos Teques.
Los constantes apagones, hasta dos diarios según reportes en redes sociales, complican incluso el despacho de gasolina. «Cuando hay luz no hay combustible y cuando hay combustible no hay luz», reseña irónicamente Alfredo Paradas, islero en la E/S La Matica.
Los afectados aseguran que jamás el Municipio Guaicaipuro había estado tan «azotado» por los cortes eléctricos como en el último mes.
«Pareciera un aviso de lo que vienen advirtiendo los expertos, podríamos estar en puertas de un nuevo apagón nacional», puntualizó Paradas.
Daniel Murolo