El cuerpo por sí solo no puede producir este nutriente ni almacenarlo, por lo que es importante incluir en la dieta diaria diversos alimentos que incluyan esta sustancia orgánica.
Por: elnacional.com
¿Cuántas veces se ha dicho que una buena ingesta de vitamina C ayuda a prevenir resfriados? Sin embargo, muchos no saben si están ingiriendo la cantidad correcta de este nutriente que es necesario para reforzar el sistema inmunológico.
Así, probablemente las personas se toman un jugo de naranja algún día de la semana, o quizá cometen el error de ingerir más vitamina C de la necesaria.
De acuerdo con información del Departamento de Salud Estadounidense, la vitamina C actúa en el cuerpo como antioxidante, ya que ayuda a proteger las células contra los daños causados por los radicales libres. Los radicales libres son compuestos que se forman cuando el cuerpo convierte los alimentos que consumimos en energía.
Las personas también están expuestas a los radicales libres presentes en el ambiente por el humo del cigarrillo, la contaminación del aire y la radiación solar ultravioleta.
El cuerpo, sostiene el Departamento de Salud de Estados Unidos, necesita vitamina C para producir colágeno, una proteína necesaria para la cicatrización de las heridas.
Según el sitio MedlinePlus, de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, los suplementos de vitamina C en realidad no reducen el riesgo de contraer un resfriado común, aunque las personas que ingieren estos complementos alimenticios podrían tener síntomas más leves o resfriados ligeramente más cortos. Tomar un suplemento después de que la persona empezó a padecer un resfriado, parece no servir, agregan los especialistas.
El cuerpo por sí solo no puede producir ácido ascórbico ni almacenarlo, por lo que es importante incluir en la dieta diaria diversos alimentos que incluyan esta sustancia orgánica.
Por otro lado, tampoco es correcta la ingesta desmedida de vitamina C, ya que su exceso podría ocasionar diarrea, náuseas, vómitos, ardor de estómago, calambres abdominales dolor de cabeza e insomnio, según la Fundación Mayo, dedicada a la educación médica y a la investigación.