En redes sociales aparecieron varios videos que registraron el desesperante momento cuando familiares se acercaron a un jardín de infancia en la ciudad tailandesa de Uthai Sawan, luego que un expolicía descargara un rifle automático en el lugar dejando al menos 34 muertos, entre ellos 22 niños.
«Confirmamos que el criminal se disparó a sí mismo y ha muerto», apuntó el comunicado, mientras que los servicios de rescate detallaron que antes de quitarse la vida también mató a su mujer y su hijo.
El presunto asaltante disparó con un rifle automático a los presentes en una escuela infantil localizada en la provincia de Nongbua Lamphu, que generalmente acoge a niños de entre 2 y 5 años, antes de darse a la fuga en una furgoneta.
Las imágenes facilitadas por la Policía muestran decenas de cadáveres esparcidos por diferentes estancias.
La mayoría de los heridos fueron trasladados al hospital Nong Bua Lamphu, que ha solicitado «con urgencia» que los ciudadanos donen sangre de todos los tipos, según medios locales.
Familiares de las víctimas se dirigieron al recinto que fue acordonado por la policía, y muchos de ellos sucumbieron a la desesperación, según se aprecia en imágenes y vídeos que circulan en las redes sociales.
El primer ministro del país, Prayut Chan-ocha, ha expresado sus condolencias a las familias.
Los tiroteos masivos en Tailandia son raros, pero en 2020 un soldado mató al menos a 29 personas e hirió a 58 en un alboroto que abarcó varios lugares, incluido un campamento militar y un gran centro comercial en la provincia nororiental de Nakhon Ratchasima.
El mes pasado, un oficial de policía mató a tiros a dos colegas e hirió a otro en la Escuela de Guerra del Comando de Entrenamiento del Ejército en Bangkok.
EFE