Era un escenario previsible para Venezuela.
La preocupación por el impacto de la llegada del coronavirus hace coincidir a expertos en un punto en concreto: el sistema sanitario venezolano, público y privado, asumirá la pandemia en un momento de vulnerabilidad.
Este viernes, el gobierno venezolano confirmó los primeros 2 casos de la enfermedad, que hasta la segunda semana de marzo causó más de 145.000 contagios y al menos 5.000 muertos en el mundo.
Escasez prolongada
Los problemas en los centros sanitarios venezolanos son múltiples: escasez de medicinas e insumos médicos, fallas del servicios de agua y electricidad y, en algunas instituciones, falta de personal médico calificado.
En 2019, un informe sobre Venezuela de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, citó “carencias del 60 al 100% de fármacos esenciales en cuatro de las principales ciudades de Venezuela, incluyendo Caracas”.
Las deficiencias son consecuencias del impacto que ha tenido en el sector de la salud el colapso económico venezolano que se inició en 2013 y que continúa en el presente.
Venezuela, víctima de “persecución”
Pese al escenario, el chavismo insiste en que tiene la capacidad para afrontar la pandemia.
“Venezuela cuenta con los profesionales, los epidemiólogos (…) y centros de salud de primer nivel”, dijo Nicolás Maduro al declarar la emergencia sanitaria permanente, un día antes de que su gobierno confirmara los primeros casos de coronavirus.
“Decidimos poner a disposición 46 hospitales públicos a nivel nacional que van a conducir el proceso de atención del coronavirus”, dijo al reiterar que su gobierno trabaja en coordinación con la Organización Mundial de la Salud.
El gobierno venezolano ha reconocido que tiene dificultades en la adquisición de equipamiento médico, pero lo atribuye a una “persecución” por las sanciones económicas que impuso Estados Unidos al país caribeño.
(Crédito: CRISTIAN HERNANDEZ/AFP via Getty Images)
Una pandemia que amenaza a pacientes y a médicos
“No está fácil el manejo de la epidemia”, cuenta a CNN la doctora María Eugenia Landaeta, jefa del servicio de epidemiología del Hospital Universitario de Caracas.
Landaeta considera que la falta de insumos compromete el tratamiento de eventuales pacientes, pero también las condiciones de trabajo del personal.
“Me preocupa la falta de protección para el personal médico. Tenemos que proteger al personal de la salud porque si se nos enferma el poco que tenemos, va a ser más difícil”, afirmó la médica.
Acatar las medidas de prevención podría compensar el colapso del frágil sistema sanitario. “Lo ideal sería tener un número de casos que vengan poco a poco y no en avalancha”, opinó.
“El mejor escenario sería que las personas sean conscientes de no salir a sitios públicos, de atender las campañas. Eso provocaría que no haya una gran cantidad de casos simultáneamente”, explicó.
Landaeta criticó la decisión del gobierno de pedir a la población usar mascarillas quirúrgicas por ser “un recurso que se debería reservar para personas enfermas y para personal médico”.
La especialista avaló, por otra parte, la restricción a las concentraciones públicas.
Indicadores preocupantes
Gran parte de los venezolanos están en una situación vulnerable.
El Programa Mundial de Alimentos de la ONU advirtió a finales de febrero que un tercio de la población de este país, es decir 1 de cada 3 ciudadanos, no tiene acceso suficiente a alimentos.
La estimación alcanza a 9,3 millones de personas.
Ese estudio de la ONU, basado en una encuesta a 8.375 venezolanos, también arrojó que el 25% de los hogares no tiene acceso a agua potable y que 4 de cada 10 familias sufre interrupciones diarias del servicio eléctrico.
Existe la estructura, pero faltan los insumos
La experta en nutrición pública y asuntos humanitarios, Susana Raffalli, considera que Venezuela sí cuenta con la infraestructura y el personal calificado para afrontar la crisis.
Pero el principal escollo es la dotación de insumos.
“Tenemos la estructura adecuada. Está operando el sistema humanitario internacional. Está instalado el mecanismo de coordinación de Naciones Unidas”, explica en referencia al apoyo que recibe el Estado de parte de las organizaciones internacionales humanitarias a raíz de la crisis económica.
“Estaríamos en capacidad de contener esto, pero tenemos que dotar”, precisa.
“Lo que le falta a esto es la dotación. Estamos carentes de insumos. No tenemos suficiente abastecimiento de agua. No tenemos gel antibacterial”, dice Raffalli.
“Sin esta dotación estaríamos ante un escalada de propagación rápida y de mucha letalidad”, alerta.
Raffalli cree que el momento es propicio para juntar a la dividida sociedad venezolana en una misma causa, tanto a sectores políticos como sociales : “Si hay una respuesta rápida de dotación, si trabajamos juntos, podemos hacerle frente muy rápido”.
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