La noche del viernes 9 de junio del 2023 será una jornada que no olvidarán algunos de los vecinos del sector de Teusaquillo, en Bogotá, quienes se percataron de la muerte del coronel de la Policía Óscar Darío Dávila Torres, que hacía parte de la seguridad del presidente de la República, Gustavo Petro.
Hacia las 6:17 p. m. se registró el deceso del alto oficial, cuando su conductor, el subintendente J.G.A., se encontraba en un establecimiento comercial de la zona comprándole una botella de agua a su superior, y al regresar al vehículo, una camioneta Nissan Frontier, se percató de la muerte de Dávila.
Según se supo, el coronel venía de dejar a familiares en el aeropuerto El Dorado y de camino a su hogar, ubicado a unas cuadras del búnker de la Fiscalía General de la Nación, parqueó el vehículo justo en frente del conjunto residencial en el que vivía. Fue en ese momento en el que se produjo el fatal desenlace.
Impactante momento
Aunque una de las versiones que ha tomado fuerza en las redes sociales fue la del suicidio del coronel, en la que ha hecho énfasis el mandatario Petro y el ministro de Defensa, Iván Velásquez, después de seis días aún no se conocen los resultados de la autopsia realizada por Medicina Legal, con el fin de determinar las circunstancias en las que falleció el policía.
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Lo que sí se reveló el jueves 15 de junio fueron las imágenes del momento exacto en el que uniformado, quien además era escolta de Dávila, da cuenta de la muerte de su jefe. Una desgarradora escena que fue registrada con cámaras de celular de algunos presentes, en las que se puede apreciar el desespero del subintendente.
En la primera imagen, se ve al subintendente Javier Galeano, conductor del coronel Óscar Dávila, tendido en el suelo. En la segunda se ven las unidades de la Policía presentes en la zona del deceso. Fotos suministradas Infobae
El hombre, tendido en la calle, al lado de la camioneta de color gris, parece no darle crédito a la escena que ocurrió en el interior del automotor, en el que se encontraba el alto oficial. El mismo que, minutos antes, se había negado a rezar el rosario con su familia, según se reveló tras su última conversación con su esposa, que lo esperaba en el apartamento.
El material fotográfico de este momento ya está en poder de funcionarios del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía, quienes avanzan en las investigaciones sobre este suceso. Que se darán a conocer en la tercera semana de junio, según anunció el ente en sus canales oficiales, ante los interrogantes que ha causado este caso.
“La próxima semana la Fiscalía comunicará oficialmente los resultados de la investigación. En ese sentido, se hace un llamado ciudadano para que exista un manejo responsable de la información, y se evite la divulgación, especulaciones y versiones infundadas que puedan vulnerar derechos o alterar el desarrollo de las indagaciones”, dijo el ente investigador el miércoles 14 de mayo.
Él es el subintendente que oficiaba conductor del coronel de la Policía Óscar Dávila. En las imágenes aparece comprando una botella de agua para el alto oficial, justo en el momento en que Dávila apareció muerto. Foto @NoticiasUno/Twitter
Policía abrió indagación preliminar contra el subintendente
Se confirmó que, después de recibir un corto periodo de vacaciones tras este hecho, el conductor fue incluido en una indagación preliminar por parte de la Inspección de la Policía, que busca conocer por qué dejó su arma de dotación en el interior del automotor, con la que —de acuerdo con versiones extraoficiales— el coronel Dávila se habría autolesionado.
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Por su parte, Óscar Dávila era investigado por la Fiscalía como parte del escándalo de las interceptaciones ilegales efectuadas a Marelbys Meza, exniñera de la ex jefa de la Presidencia Laura Sarabia, y la empleada del servicio de la exfuncionaria, Fabiola Perea; y su papel en las actividades que se efectuaban en el piso 13 del edificio de la DIAN, en la capital de la República.
Consciente de que iba a ser llamado a declarar, el coronel Dávila pagó $50 millones en efectivo al abogado Miguel Ángel del Río Malo para que asumiera su defensa. Transacción que reconoció el letrado, pero que deshizo al enterarse del deceso del alto oficial, por lo que –según él– devolvió los recursos a la viuda del uniformado.
