La Justicia iraní ha acusado a las dos periodistas que desvelaron el caso de Mahsa Amini de “colaboración con el Gobierno hostil de Estados Unidos, colusión contra la seguridad nacional y propaganda contra el sistema”, cargos que pueden conllevar la pena de muerte si son condenadas.
El portavoz del Poder Judicial iraní, Masoud Setayeshi, informó hoy de los cargos a los que se enfrentan las periodistas Nilufar Hamedi y Elahe Mohammadi por informar de la muerte en septiembre de Amini, que provocó fuertes protestas en el país.
“Está previsto que las vistas del juicio comiencen en un mes en el Tribunal Revolucionario de Teherán”, dijo en una rueda de prensa Setayeshi, según la agencia Mizan, del Poder Judicial.
La fuente indicó que las dos acusadas fueron informadas de los cargos el 17 de abril, siete meses después de que fuesen arrestadas.
El pasado octubre, el ministerio de Inteligencia de Irán y la Organización de Inteligencia de la Guardia Revolucionaria iraní acusaron a las dos informadoras de recibir entrenamiento de la CIA en “guerra híbrida” para fomentar las protestas.
Hamedi fue la periodista que publicó una foto de Amini en el hospital, cuando se encontraba en coma y entubada, y días después hizo pública otra imagen de los padres de la joven abrazados en el pasillo del hospital al conocer la muerte de su hija.
La periodista del diario reformista Shargh fue detenida el 21 de septiembre y ha pasado buena parte del encarcelamiento confinada en régimen de aislamiento.
Por su parte, Mohammadi cubrió el entierro de Amini en su ciudad de Saqez, en el Kurdistán, donde comenzaron las protestas y se quemaron los primeros pañuelos el 17 de septiembre.
Mohammadi trabaja para el diario Hammihan y fue arrestada el 22 de septiembre, cuando efectivos de las fuerzas de seguridad irrumpieron en su casa y confiscaron su ordenador y su teléfono móvil.
Hamedi y Mohammadi son sólo dos del casi centenar de periodistas y fotógrafos detenidos por realizar su trabajo durante las movilizaciones en Irán, de acuerdo con el Comité para la Protección de Periodistas.
Al menos, 72 informadores han sido puestos en libertad bajo fianza.
La muerte de Amini generó fuertes protestas en todo el país en las que se pedía el fin de la República Islámica, protagonizadas sobre todo por jóvenes y mujeres al grito de “mujer, vida, libertad” y que han desaparecido tras una fuerte represión estatal que ha causado 500 muertes.
Al menos cuatro personas han sido ahorcadas por participar en las protestas, una de ellas en público.