De acuerdo con Onusida es posible poner fin al VIH para 2.030. Así se refleja en el más reciente informe de la organización que fue replicado por Acción Solidaria este jueves 13 de julio. La terapia antirretroviral incrementó su cobertura de 233.000 personas en 2019 a más de 2,5 millones en 2022. 29.8 de los 39 millones de personas que viven con VIH recibieron tratamiento antirretroviral el año pasado.
La ONU cree que es posible poner fin al VIH para 2.030. Así se refleja en el más reciente informe de la organización que fue replicado por Acción Solidaria este jueves 13 de julio.
Winnie Byanyima, directora ejecutiva de la Agencia de las Naciones Unidas para la lucha contra el sida (Onusida), dijo, en rueda de prensa, que poner fin a la epidemia es una “elección política y financiera”. De esta manera, refirió los ejemplos de los países que lideran e implementan medidas con éxito para reducir las cifras de la enfermedad.
“Necesitamos que todos los líderes sigan ese camino”, expresó Byanyima.
El informe de la ONU titulado «El camino que pone fin al sida», hay varios datos que Acción Solidaria considera alentadores. En ese sentido, refieren que la terapia antirretroviral incrementó su cobertura de 233.000 personas en 2019 a más de 2,5 millones en 2022.
De esta manera, en el caso de embarazadas y lactantes, el 82% de quienes viven con VIH accedieron al tratamiento, calcula la ONU, frente al 46% de 2010. Según las proyecciones, 29.8 de los 39 millones de personas que viven con VIH recibieron tratamiento antirretroviral en 2022.
Se destaca que el acceso a la terapia antirretroviral, con el cual es posible controlar la replicación del virus y la progresión de la enfermedad, pero no curarla— se ha expandido en África, Asia y el Pacífico. Por otra parte, según el informe de Onusida, en 2022, el número de nuevas infecciones por VIH fue el menor en décadas, con descensos importantes en regiones muy afectadas, como África oriental y meridional.
En el informe también se estima que, aproximadamente, entre 30.000 y 40.000 migrantes y desplazados venezolanos viven con VIH.
En el caso de Venezuela, en el informe se registra que la región sigue experimentando una emergencia humanitaria compleja que ha provocado el éxodo de más de 6 millones de migrantes venezolanos. Se calcula que 2 millones de personas han huido por el empeoramiento de la pobreza.
En ese sentido, se indica que, entre los venezolanos migrantes y desplazados, existe un alto nivel de estigma relacionado con el VIH, así como miedo a la deportación y acceso limitado a servicios, lo cual produce una participación insuficiente en los programas de VIH.
“Las brechas de cobertura entre los migrantes y la población local se agravan cuando los sistemas de seguro de salud en los países anfitriones no otorgan a las personas un acceso a servicios de salud y laboratorio”, señaló la Onusida.
Por otra parte, se indica que el número de personas que reciben profilaxis preexposición (PrEP) en América Latina ha aumentado en más de un 55% desde 2021.
La Onusida cree que hay varios obstáculos bloquean la eliminación de esta amenaza a la salud pública, como, por ejemplo, las leyes que discriminan a las poblaciones en riesgo, pero también la disminución del financiamiento para la lucha eficaz contra la enfermedad a nivel mundial.