Actualmente, Lyle y Erik Menéndez cumplen cadena perpetua por el asesinato de sus padres en su residencia de Beverly Hills en la década de los 80. Sin embargo, después de más de tres décadas en prisión, el mediático caso ha despertado un renovado interés, lo que ha llevado a los hermanos a explorar dos vías posibles para su libertad.
El fiscal del distrito del condado de Los Ángeles, George Gascón, anunció que está evaluando las nuevas pruebas presentadas en el caso de los hermanos Menéndez, lo que podría llevar a una revisión de su sentencia, según informó ABC News. La próxima audiencia, donde se revisarán las nuevas evidencias, está programada para noviembre de 2024.
Actualmente, los hermanos tienen dos posibles vías para buscar su liberación ante la Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Los Ángeles.
Cuál es el camino que deben seguir los hermanos Menéndez para salir en libertad
La primera de ellas es la revisión de su sentencia, considerando factores como la rehabilitación, un proceso que está siendo evaluado por el fiscal del distrito George Gascón, quien planea tomar una decisión este mes. Si Gascón recomienda la resentencia, será un juez quien determine si los Menéndez serán liberados, recibirán una pena menor o enfrentarán un nuevo juicio.
George Gascón, fiscal de distrito del condado de Los Ángeles, explicó a ABC News que cualquier recomendación para la resentencia de los hermanos Menéndez considerará los años que ya han cumplido y su conducta en prisión. Mark Geragos, abogado de los Menéndez, los describió como prisioneros modelo que han trabajado incansablemente para reformarse sin expectativas de ser liberados. “Dadas las circunstancias, no creo que merezcan estar en prisión hasta su muerte”, comentó Gascón a ABC.
Desde que Gascón asumió el cargo, se ha resentenciado a más de 300 personas, de las cuales solo cuatro han reincidido, por lo que existe una gran posibilidad de que Erik y Lyle reciban la recomendación de que se analice nuevamente su condena.
La otra vía que podrían seguir los hermanos es una petición de habeas corpus presentada el año pasado para revisar nuevas pruebas que no se presentaron en el juicio original. Entre estas pruebas está el testimonio de un exmiembro de la banda Menudo, Roy Roselló, quien afirmó haber sido abusado por José Menéndez, y una carta escrita por Erik Menéndez a un primo ocho meses antes de los asesinatos, detallando los abusos sufridos. Aunque su primo testificó sobre los abusos, dicha carta no fue descubierta hasta varios años después.
Geragos sostuvo que la combinación de estos elementos ofrece una base sólida para anular la sentencia del segundo juicio. La fiscalía podría oponerse a la petición de habeas corpus o concederla, permitiendo un nuevo juicio. La próxima audiencia, que será clave para conocer el futuro de los hermanos, está programada para el 26 de noviembre.
Familia pide que se les considere como víctimas
El apoyo familiar también ha sido clave. Alrededor de dos docenas de familiares han solicitado al fiscal que recomiende la resentencia y liberación de los Menéndez. En una conferencia de prensa llevaba a cabo el pasado 16 de octubre, Joan Andersen VanderMolen, hermana de Kitty Menéndez, expresó que los hermanos fueron víctimas del sistema, de la sociedad y, principalmente, de sus padres.
Andersen VanderMolen expresó el dolor que la familia ha soportado durante años. “He luchado durante años con lo que le ocurrió a mi hermana: una pesadilla que nadie podría haber imaginado. Pero a medida que se revelaron los detalles del abuso que sufrieron, quedó claro que las acciones de mis sobrinos, aunque trágicas, fueron la respuesta desesperada de dos hermanos intentando sobrevivir a la crueldad de su padre”.
La familia considera que los Menéndez fueron defraudados por aquellos que debían protegerlos, lo que pone en evidencia el impacto del sistema y de la sociedad en su situación. “Fueron víctimas de abusos terribles”, subrayó VanderMolen.
Para apoyar su causa, la familia ha formado una coalición llamada “Justicia para Erik y Lyle”, cuyo objetivo es concienciar sobre el caso y la situación de los hermanos en prisión. Anamaria Baralt, sobrina de José Menéndez, mencionó que se ha iniciado una petición para recolectar apoyo en favor de una nueva sentencia y la posible liberación de los hermanos. Baralt destacó que “Lyle y Erik merecen una oportunidad de sanar” y abogó por un enfoque en el bienestar familiar.
Durante la manifestación, Baralt señaló que ambos lados de la familia están unidos con la esperanza de que la revisión del caso conduzca a una decisión diferente: “Esta pesadilla de 35 años debe terminar y nuestra familia debe reunirse”. Al final de su intervención, hizo un llamado a la fiscalía, implorando “poner fin a este prolongado sufrimiento”.
El caso que sacudió a EEUU hace más de 30 años
Los hechos se remontan a agosto de 1989, cuando Lyle, de entonces 21 años, y Erik Menéndez, de 18, dispararon con escopetas a sus padres, José y Kitty Menéndez. Según la fiscalía, los hermanos cometieron el crimen para beneficiarse económicamente de la fortuna familiar. No obstante, la defensa argumentó que actuaron en defensa propia tras haber sufrido años de abusos sexuales por parte de su padre.
Los primeros juicios de Lyle y Erik Menéndez, que captaron la atención nacional debido a la transmisión televisiva desde la sala, terminaron en juicios nulos, según ABC. Sin embargo, en 1996, tras un segundo juicio en el que el juez prohibió gran parte de las pruebas sobre los abusos sexuales, ambos fueron condenados por asesinato en primer grado y sentenciados a dos penas consecutivas de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
La familia de los hermanos pide que se cambie el cargo a homicidio involuntario.
Este otoño, el caso volvió a generar interés con el estreno de la serie de Netflix “Monsters: The Lyle and Erik Menendez Story” y el documental “The Menendez Brothers”. A ellos se le sumó el programa donde Roselló reveló que fue abusado por José Menéndez, “Menendez + Menudo: Boys Betrayed”.