El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, transmitió hoy por teléfono al secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, que es «inaceptable» que Washington y los medios occidentales intenten dar un matiz político al caso del periodista estadounidense Evan Gershkovich, detenido el jueves en Rusia por presunto espionaje, cargo que tanto él como el periódico The Wall Street Journal rechazan.
EFE
Lavrov «llamó la atención a Blinken sobre la necesidad de respetar las decisiones de las autoridades rusas, tomadas de conformidad con la ley y las obligaciones internacionales de la Federación Rusa», indicó el Ministerio ruso de Exteriores en un comunicado tras la llamada telefónica entre ambos.
El ministro «enfatizó que es inaceptable que los funcionarios en Washington y los medios occidentales generen un revuelo con la clara intención de dar a este caso un matiz político», añadió la diplomacia rusa.
En la conversación, Lavrov señaló que Gershkovich «fue pillado in fraganti mientras intentaba obtener información secreta, al recopilar datos que constituyen un secreto de Estado», y lo hizo «bajo la apariencia de un trabajo periodístico».
«A la luz de los hechos establecidos de las actividades ilegales del ciudadano estadounidense, cuya detención fue notificada a la embajada de los Estados Unidos en Moscú de acuerdo con el procedimiento establecido, el tribunal determinará su futuro destino», recalcó el jefe de la diplomacia rusa ante Blinken, con quien también abordó «algunos temas de actualidad de carácter bilateral».
El periodista fue detenido el jueves en Yekaterimburgo, la capital de los Urales, acusado por el Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) de espionaje, cargo por el que podría ser condenado hasta a 20 años de cárcel.
El mismo día por la tarde, el tribunal de Lefórtovo de Moscú dictó dos meses de prisión preventiva para Gershkovich, corresponsal de The Wall Street Journal, diario para el que cubría las informaciones sobre Rusia, Ucrania y las exrepúblicas soviéticas desde enero de 2022.
Según una fuente de los servicios de seguridad citada por la agencia TASS, el reportero se declaró no culpable ante el juez.
El caso ha sido clasificado de altamente secreto, por lo que se desconoce la información que maneja el FSB para acusar al periodista de espionaje, salvo que le imputan haber «recopilado informaciones secretas sobre las actividades de una de las empresas del complejo militar industrial ruso por encargo de EEUU».
Al igual que el propio periodista, el diario The Wall Street Journal negó las acusaciones del gobierno ruso contra su corresponsal y exigió su inmediata liberación.