A todos los venezolanos que dieron su vida el 11 de abril de 2002 buscandola libertad
A cualquier venezolano de mi generación, educado en los 40 años de democracia, le era imposible dibujar un mapa de Venezuela sin incluir la llamada Zona en Reclamación, destacada con rayas en el referido mapa. Se nos decía en las aulas de clase que a Venezuela le había sido robada por los ingleses, como quien le quita un dulce a un niño, una franja inmensa de su territorio en un Laudo Arbitral irrito el año 1899, y que los gobiernos trabajaban activamente en su recuperación en el ámbito de la negociación internacional. El Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, al reconocer el 26 de mayo de 1966 la independencia a los nativos de ese territorio conocido hasta entonces como Guyana Británica, y parte de su Mancomunidad de Naciones, comenzó a denominarse República Cooperativa de Guyana, y el problema del territorio en disputa lo heredó esta nueva República.
Y hasta allí. De vez en cuando veíamos en los noticieros y artículos en la prensa que esa negociación no avanzaba porque existía una dura posición de no aceptar la validez de ese Laudo Arbitral de 1899, ni ningún otro mecanismo que lo reconociera, en estricto apego a los documentos que históricamente demostraban nuestra soberanía sobre esos territorios desde que éramos Capitanía General de Venezuela, posición asumida en especial por parte de nuestras Fuerzas Armadas. Esa conducta de nuestros militares siempre fue elogiada por la población, y ningún gobierno o político alguno se atrevió nunca a ceder en ella…hasta que llegó Hugo Chávez Frías.
Muchos años han pasado de eso, y lejos de haber avanzado a favor de la recuperación de esa Zona en Reclamación, los venezolanos que en su mayoría no han tenido mayor conocimiento de esa materia miran desde afuera que parece que perdemos esa pelea, al ver que abiertamente nuestra contraparte, la República Cooperativa de Guyana, ocupa ese territorio y entrega concesiones a compañías petroleras internacionales sobre la Zona en Reclamación.
Pocos meses antes de reconocer la independencia a la Guyana Británica, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, firman un Acuerdo en Ginebra con Venezuela el 17 de febrero de 1966, que históricamente se ha dado en llamar Acuerdo de Ginebra, donde se reconoce en su Artículo I que “…el Laudo arbitral de 1899 sobre la frontera entre Venezuela y Guyana Británica es nulo e irrito”, y se articulan los mecanismos para llegar a un acuerdo mutuamente aceptado entre las partes (ver Acuerdo de Ginebra para resolver la controversia entre Venezuela y Guyana – 17-02-1966, en http://www.consulvenevigo.es/subido/ACUERDO%20GINEBRA%20ONU%201966.pdf).
Es importante precisar toda esta historia, porque aquí no estamos discutiendo si tenemos o no tenemos soberanía sobre el Esequibo, porque para Venezuela, desde el Acuerdo de Ginebra de 1966, el Laudo Arbitral de 1899 es reconocido como nulo e irrito entre las partes, sino qué es lo que vamos a hacer con esa realidad, y cómo vamos a resolver el problema con el vecino, que aún cree que tiene derecho sobre ese territorio.
Aun a sabiendas de la posición histórica de las Fuerzas Armadas y del país entero, el entonces Presidente Hugo Chávez Frías, cambió de un momento a otro la posición de Venezuela con Guyana: “En 2004 Chávez hizo una gira dónde visitó Georgetown, en la capital de Guyana, dónde el 19 de febrero de ese año, en una rueda de prensa con el presidente de Guyana, Bharrat Jagdeo, marcó un cambio en la postura que Venezuela había mantenido hasta la fecha: «Yo me he comprometido con el presidente Jagdeo y con Guyana. Primero que el gobierno venezolano no va a oponerse a ningún proyecto en esta región que vaya en beneficio de sus habitantes; beneficio directo como me decía el presidente, como es un proyecto de agua, vías de comunicación, energía, proyectos agrícolas. Y segundo durante el surgimiento de cualquier proyecto más sensible, inmediatamente nos activamos ambos para conversarlo en la Comisión Binacional de Alto Nivel y buscarle viabilidad»” (ver Momento en que Chávez entregó el Esequibo, en https://maduradas.com/momento-chavez-abandono-la-defensa-historica-del-esequibo-ganarse-apoyo-geopolitico-guyana-video/) (resaltado nuestro).
Lo anterior indica que si existe un responsable de lo que está sucediendo ahora con el territorio Esequibo y la presencia de compañías petroleras en la Zona en Reclamación, ese es Hugo Chávez Frías. Hasta ese momento ningún gobierno venezolano se había atrevido a utilizar la reclamación de nuestro territorio y el problema limítrofe con la República Cooperativa de Guyana con fines políticos. De esas aguas sucias vienen los lodos que estamos presenciando ahora.
El 29 de marzo de 2018 el gobierno de la República Cooperativa de Guyana demandó a Venezuela ante la Corte Internacional de Justicia “con respecto a una controversia relativa a “la validez jurídica y el efecto vinculante del Laudo relativo a la frontera entre la colonia de la Guayana Británica y los Estados Unidos de Venezuela, de 3 de octubre de 1899”, y la Corte Internacional de Justicia en su interpretación del Acuerdo de Ginebra, sentenció el 18 de diciembre de 2020 que era competente para decidir acerca del asunto presentado por Guyana (ver Sentencia de la CIJ – 18-12-2020, en https://revistas.urosario.edu.co/xml/4295/429566597007/index.html).
El régimen de Maduro reaccionó en un comunicado el mismo día indicando que “…niega la vía judicial, incapaz de alcanzar el arreglo práctico y satisfactorio que este Tratado impone a ambas partes”, repudiando el fallo emitido por la Corte Internacional de Justicia (ver Venezuela rechaza decisión de la CIJ – 18-12-2020, en https://mppre.gob.ve/comunicado/venezuela-rechaza-decision-cpi-contraria-acuerdo-ginebra-guayana-esequiba/)
Sin embargo, esa sentencia no hizo tanto ruido en Venezuela como la decisión de este mes, el 6 de abril de 2023, de la Corte Internacional de Justicia en respuesta a las objeciones presentadas por el régimen de Nicolás Maduro Moros el 7 de junio de 2022 (ver Venezuela presenta objeciones preliminares a la admisibilidad de la demanda unilateral de Guyana – 07-06-2022, en https://mppre.gob.ve/comunicado/venezuela-objeciones-preliminares-admisibilidad-demanda-unilateral-guyana/), cuyo fallo indicó que “La objeción por Venezuela debe ser rechazada (…) por 14 votos a 1 rechaza la objeción preliminar presentada por la República Bolivariana de Venezuela”, dijo la jueza y presidenta de la CIJ, Joan Donoghue, al leer la sentencia en La Haya. “Por 14 votos a 1 determina que puede decidir sobre el fondo de la República cooperativa de Guyana”, continuó” (ver CIJ falla contra Venezuela e irá a juicio para definir reclamo de Guyana por el Esequibo, en https://www.vozdeamerica.com/a/cij-falla-contra-venezuela-e-ira-a-juicio-para-definir-reclamo-de-guyana-por-el-esequibo/7039108.html).
En cristiano eso fue una completa torta, por no decir la grosería correcta. La pregunta del millón de lochas es porque si Venezuela negaba históricamente la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia, como indicaban en su comunicado del 18 de diciembre de 2020, se presentó una objeción -por cualquier causa que fuera- ante esa instancia judicial internacional.
El Dr. Héctor Faúndez, abogado experto en Derecho Internacional y profundo conocedor del tema Esequibo, publica en reciente artículo que con esa acción Venezuela aceptó la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia: “Cabe recordar que, el 7 de junio pasado, al interponer una excepción preliminar, Venezuela terminó por aceptar la competencia de la Corte, y decidió comparecer en el procedimiento ante ella. Ya hemos designado un juez ad-hoc, ya hemos nombrado al agente y a los agentes alternos del Estado, y ya nos hemos incorporado al procedimiento ante la Corte, lo que hace absurdo que, a estas alturas, volvamos a insistir en que la Corte carece de competencia” (ver Héctor Faúndez, Venezuela ante la CIJ en el caso del Esequibo: ¡Segundo aviso!, en https://www.lapatilla.com/2023/04/08/venezuela-ante-la-cij-en-el-caso-del-esequibo-segundo-aviso-por-hector-faundez/).
¿Y entonces? El régimen, en su infinita torpeza y actuando en nombre de los venezolanos, nos ha puesto en una situación de ser activos en el juicio que quería Guyana con nosotros, en su intención de que fuera la Corte Internacional de Justicia la que decidiera sobre el fondo de la controversia, que no es otra cosa que hacer válido el Laudo Arbitral de 1899 en contra de la reclamación de Venezuela.
Pero, -y aquí voy a un asunto de mucho mayor fondo-, ¿es el régimen de Nicolás Maduro Moros el legítimo representante de los venezolanos para actuar a nuestro nombre en un juicio de semejante trascendencia y envergadura? La respuesta es un rotundo NO. Se ha establecido internacionalmente el NO RECONOCIMIENTO del actual régimen que gobierna al país como el legítimo representante de los venezolanos, razón por la cual se designó un Gobierno Encargado de manera Constitucional en el año 2019, y que en sentencia de fecha reciente, ha sido reafirmado por el Tribunal Supremo de Justicia legítimo en el exilio.
Los venezolanos no podemos perder ese juicio por incompetencia y lo que bien podríamos llamar un caso de “mala praxis jurídica” en el Esequibo, por parte de un régimen criminal que en todos estos años –Chávez incluido-, ha representado a los venezolanos ante una instancia tan importante como la Corte Internacional de Justicia, sin tener la legitimidad para hacerlo. Podría señalar sin equivocarme que se ha gastado más dinero en tratar de recuperar CITGO que el territorio Esequibo, un activo nacional exponencialmente más valioso para las futuras generaciones, y en el que deberían estar trabajando para Venezuela los mejores profesionales del Derecho del mundo en el ejercicio del Derecho Internacional.
Los venezolanos debemos movilizarnos a la brevedad posible para evitar que ese juicio continúe sin una representación legítima de Venezuela. Esta situación va más allá de ser solamente un problema jurídico. Si los venezolanos perdemos el Esequibo en ese juicio por no comparecer ante la Corte Internacional de Justicia, como amenaza con hacerlo el régimen, no nos quedará más que desconocer ese posible fallo cuando se recuperen las libertades en nuestro país, advirtiendo al mismo tiempo al gobierno de la República Cooperativa de Guyana que cualquier decisión que se tome en esa controversia no sería reconocida por la inexistencia de un gobierno legítimo en Venezuela. Y así debería decidirlo la única instancia judicial legítima que nos queda en el exilio, informando apropiadamente de esa situación a los jueces de la Corte Internacional de Justicia. No queda mucho tiempo…
Caracas, 11 de Abril de 2023
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