En el primer bloque del debate estuvo protagonizado por Lula y Bolsonaro, quienes encabezan las encuestas de intención de voto. En total, los dos pidieron seis derechos de réplica tras ser atacados: cuatro solicitudes del PT y dos del presidente, que busca la reelección.
El expresidente de Brasil y candidato del Partido de los Trabajadores (PT) insistió este jueves en que sus gestiones al frente del país fueron “los momentos de mayores conquistas, de mayor inclusión” para los sectores más postergados, y entre esos logros mencionó la suba de un 76% en los salarios.
Fue en respuesta a la pregunta del candidato del PDT, Ciro Gomes, con la que abrió el debate de esta noche, el último antes de las elecciones del domingo, que se llevó a cabo en el canal Globo.
Los candidatos Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva, no perdieron la oportunidad de atacarse mutuamente a los pocos minutos de haber iniciado este último debate antes de las elecciones presidenciales del domingo.
“En mi gobierno no hubo corrupción”, dijo Bolsonaro, quien llamó “mentiroso” y “ex convicto” a Lula, al recordar los procesos de los que el ex mandatario fue objeto por el desvío de fondos a través de contratistas de la petrolera estatal Petrobras, y vinculó al líder del Partido de los Trabajadores (PT) con supuestas pandillas.
“Lo que está en juego en las elecciones es el futuro de la Nación. Brasil era una cleptocracia. Lula fue el jefe de una gran organización criminal. No podemos continuar en el país del robo”, afirmó Bolsonaro.
“¿Él habla de pandillas conmigo?”, replicó Lula, y agregó: “Necesita mirarse al espejo y ver qué está pasando en su gobierno. Respetá a quién está mirando y no mientas. La gente te enviará a tu casa el 2 de octubre.”
Lula Da Silva, favorito para las elecciones con cerca del 48% de las intenciones de voto y que puede garantizar su elección el domingo ya que tendría más del 50% de los votos válidos, pidió derecho a defenderse y aprovechó los minutos que le fueron concedidos para contraatacar.
“Es una mentira decir que monté una organización criminal. En lugar de decir eso debería referirse a los desvíos de que son acusados sus hijos, de los robos en su Ministerio de Educación, de la mafia que intentó obtener ventaja con la venta de vacunas contra la covid”, afirmó el aspirante izquierdista.
Bolsonaro recordó que Lula fue condenado en tres diferentes instancias y liberado por tener un “amiguito” en la Corte Suprema.
Recordó igualmente un escándalo de corrupción que salpicó a uno de los hijos de Lula y las denuncias de sobornos recibidos por aliados del ex presidente en diferentes estados.
“Es insano que un presidente venga aquí a decir eso. Es una desfachatez”, respondió Lula, antes de afirmar que una de las primeras medidas de su Gobierno, si es elegido, será acabar con el sigilo de 100 años que Bolsonaro impuso a datos que implican a su familia. “Voy a acabar con esos sigilos para saber qué es lo que quiere esconder”, dijo.
Los escándalos de corrupción en el gobierno de Lula también fueron citados por otros candidatos.
El aspirante por el partido Novo, Felipe D’Avila, afirmó que el líder progresista fue el responsable por los mayores escándalos de corrupción en la historia de Brasil. “Cómo es que una persona como esas tiene capacidad moral para liderar Brasil”, dijo.
El candidato laborista, Ciro Gomes, que fue ministro en el primer Gobierno de Lula, afirmó que muchas personas que participaron en negocios con el ejecutivo confesaron que robaron y le devolvieron al Estado 16.000 millones de reales (unos 3.076 millones de dólares). “No da para decir que no pasó nada”, dijo.
Ante las acusaciones de los diferentes participantes en el debate, Lula recordó todas las medidas que adoptó para combatir la corrupción en su gobierno y afirmó que fueron tales decisiones las que permitieron desbaratar las redes de corrupción y castigar a los responsables.
Bolsonaro dijo que el gobierno de Lula “no tenia cualquier compromiso con la familia. Quiso imponer una agenda de ideología de género. Es un gobierno que quiere la liberación de las drogas. Lula defendía a quien se robada el celular para tomarse una cervecita”, afirmó. Insinuó, además, que Lula tuvo relación con la muerte de un ex alcalde brasileño de la localidad paulista de Santo André.
Lula, en su derecho a réplica, le pidió responsabilidad política a Bolsonaro. “No es posible convivir con alguien con la cara de palo del presidente. Celso Daniel era mi amigo, fue llamado a la alcaldía para coordinar mi programa de gobierno de 2002″.
¿Cómo se organizó el debate?
Los candidatos que participaron en este último debate previo a las elecciones presidenciales fueron: Ciro Gomes (PDT), Jair Bolsonaro (PL), Luiz Inácio Lula da Silva (PT), Luiz Felipe D’Ávila (NOVO), Simone Tebet (MDB), Soraya Thronicke (União Brasil) y el Padre Kelmon (PTB).
Tuvo cuatro bloques: el primero y el tercero con temas libres; el segundo y el cuarto con temas específicos. Al final del cuarto bloque, cada candidato hizo sus observaciones finales.
Los candidatos tuvieron 30 segundos para formular sus preguntas y un minuto para la réplica, mientras que el candidato que respondía disponía de tres minutos, que podía dividir como mejor le favoreciera.
Las preguntas, sorteadas previamente, se hicieron de candidato a candidato. El aspirante presidencial elegía a quién dirigir su pregunta, entre los que aún no habían respondido. En el bloque de temas determinados, la mecánica fue la misma, sorteando el mediador en una urna, antes de las preguntas, el tema que debía tratarse.